RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- A sus 27 años, Rhenzy Feliz se ha consolidado como una de las promesas más destacadas del cine y la televisión en Hollywood. Nacido el 27 de octubre de 1997 en el Bronx, Nueva York, este joven actor de raíces dominicanas ha captado la atención de la industria con su talento versátil y su conexión genuina con sus orígenes culturales.
Rhenzy descubrió su pasión por la actuación durante su tiempo en la Santa Monica High School, donde comenzó a perfeccionar su arte. Su talento lo llevó a conseguir un papel en la serie Casual (2016), pero fue en Marvel’s Runaways (2017), como Alex Wilder, donde destacó como un intérprete capaz de dar vida a personajes complejos.
En 2021, Feliz prestó su voz a Camilo Madrigal en la película animada de Disney Encanto. Este rol, aunque secundario, le permitió mostrar una faceta diferente de su talento.
La película, que obtuvo el Oscar a Mejor Película Animada, fue un fenómeno cultural global, y la participación de Feliz en la popular canción We Don’t Talk About Bruno le valió nominaciones en los Brit Awards y los American Music Awards.
En 2023, Rhenzy dio un importante salto al universo de DC Comics al participar en la serie The Penguin, un spin-off de The Batman. En esta producción, interpretó a Victor Aguilar, un joven sin hogar que se convierte en aliado del icónico villano interpretado por Colin Farrell. Su actuación recibió elogios por agregar profundidad y humanidad a un personaje que navega entre la lealtad y la supervivencia.
Aunque aún no ha ganado premios importantes, las múltiples nominaciones de Rhenzy reflejan su impacto en la industria. Desde los National Film and Television Awards en 2018 hasta los Saturn Awards en 2025, cada reconocimiento destaca su capacidad para elegir proyectos significativos y relevantes culturalmente.
Rhenzy Feliz no olvida sus raíces. A lo largo de su carrera, ha expresado el orgullo de representar a República Dominicana en la pantalla global, convirtiéndose en un referente para la diáspora dominicana. Su historia es un ejemplo de cómo el talento, el esfuerzo y el arraigo cultural pueden abrir puertas en una industria tan competitiva como la del entretenimiento.