RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS.– En un acto celebrado en la Casa Blanca, Elon Musk se despidió este viernes de su rol como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), tras concluir su contrato temporal de 130 días.
Aunque deja formalmente el cargo, el empresario aseguró que continuará colaborando con el presidente Donald Trump en calidad de asesor externo.
La ceremonia, realizada en el Despacho Oval, estuvo marcada por elogios mutuos. Trump agradeció a Musk por su “servicio incomparable” y le obsequió simbólicamente una llave “en nombre del pueblo estadounidense”.
El mandatario destacó los esfuerzos del equipo de DOGE, que bajo la dirección de Musk impulsó reformas y recortes presupuestarios que, según cifras oficiales, han generado ahorros superiores a los 175 mil millones de dólares.
“Elon no se va realmente. Va a seguir viniendo. Este programa es su creación, su legado”, afirmó el presidente, resaltando el rol del magnate en la modernización administrativa.
DOGE: legado y proyecciones
Musk fundó el controvertido DOGE como una plataforma para racionalizar gastos y eliminar ineficiencias dentro de la administración federal.
En su intervención, el también CEO de Tesla, SpaceX y propietario de la red social X, expresó que el proyecto continuará fortaleciéndose. “DOGE es más que un departamento: es una filosofía, una forma de vida”, sostuvo.
El empresario eludió profundizar sobre sus críticas recientes a la política fiscal del Gobierno, que calificó anteriormente como inflacionaria y contradictoria con los objetivos de eficiencia del DOGE. No obstante, reafirmó su voluntad de seguir asesorando al mandatario.
Durante la rueda de prensa, Musk fue cuestionado sobre una publicación del New York Times, en la que se afirma que el empresario habría consumido drogas en exceso durante la campaña electoral de 2024. Sin desmentir categóricamente, el magnate ironizó: “¿Es la misma publicación que ganó un Pulitzer por el Rusiagate? ¡Creo que sí!”. Acto seguido, evitó continuar con el tema.
Momentos informales y anécdotas
Vestido con su habitual camiseta negra, americana y gorra, Musk protagonizó también momentos más distendidos. Uno de ellos ocurrió cuando explicó la aparición de un hematoma en su rostro, atribuyéndolo en tono jocoso a un puñetazo de su hijo menor durante un juego.
El empresario llevó además una camiseta con el logo “The Dogefather”, en alusión tanto al DOGE como a la célebre saga cinematográfica El Padrino, en una clara muestra de su estilo excéntrico.
Futuro incierto, presencia constante
Aunque su salida formal marca el fin de su paso por la estructura del Gobierno federal, Elon Musk deja abierta la puerta a futuras colaboraciones.
“Este no es el final”, dijo. Su influencia, tanto dentro como fuera de la política, parece destinada a continuar alimentando el debate sobre el papel del sector privado en la administración pública.
El destino del DOGE y su posible institucionalización más allá del mandato actual aún está por definirse, pero su paso por el Gobierno ha reconfigurado parte del discurso sobre la eficiencia estatal en Estados Unidos.
