RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO. – A mediados del año anterior, uno de los encabezados más lamentables que se divulgó en la prensa nacional fue aquel que mostraba una dura realidad, según un estudio de la Asociación de Jóvenes Empresarios (ANJE) más del 60 % de los dominicanos y dominicanas entre 18 y 35 años aseguró que ha considerado vivir en el exterior.
Frente a la falta de información en el país (una de las dificultades del sector artístico), y en el contexto del Día Mundial de la Danza, se realizó un sondeo digital en el que participaron profesionales de este gremio de diversas áreas, edades y condiciones.
La carencia de oportunidades es una de las dificultades que más afecta a los ámbitos artísticos, en sentido general. En lo referente a los trabajadores del movimiento, esta situación los fuerza a laborar en un mundo lleno de desigualdades y estigmas hacia su trayectoria profesional.
De 78 profesionales de la danza encuestados, el 93.6 % respondió que si tuviera la oportunidad de trabajar o vivir de la danza en otro país lo haría.
Mónika Despradel, presidenta de la Asociación Dominicana de Profesionales de la Danza (Adpdanza), señaló que esta situación es un grave problema, pero es completamente comprensible.
«Yo realmente los entiendo, porque en un país que no te puede brindar desarrollo, el joven, lo que quiere es seguir sus sueños y tiene el momento preciso para despegar», expresó.
De acuerdo a estos datos, el 87.2 % de los bailarines, coreógrafos, maestros y/o gestores culturales encuestados deben mantener varios empleos para subsistir.
De esta cifra un 82.1 % debe realizar entre 2 y 4 actividades para generar sus ingresos, seguido de un 11.9 % que reportó hacer entre 5 a 7 trabajos al mes. Un 6 % respondió que debe realizar más de ocho trabajos mensualmente para cumplir con sus responsabilidades financieras.
«Hemos perdido cantidad de plazas en las compañías del Estado, eso no ha sido positivo, porque el Ballet Nacional Dominicano que tenía alrededor de veinte plazas está en mucho menos, el Ballet Folklórico Nacional igual y la Compañía Nacional de Danza Contemporánea igual, las plazas que teníamos antes se han perdido por diferentes razones», explicó Despradel al referirse a otra de las debilidades del gremio en términos de trabajo.
Las condiciones laborales de estos artistas son muy precarias y la falta de visibilidad del sector provoca serias brechas profesionales. Al preguntar si cree que los trabajadores de la danza son respetados en el país, un 78.2 % indicó que no, mientras que un 12.8 % afirmó que tal vez.
Es difícil que en una actividad tan amplia y poco regulada en el país como la danza, se pueda identificar el sueldo promedio de las personas que se dedican a este oficio, sin embargo, las respuestas del sondeo de Diario Libre sugieren que el 73.1 % de los entrevistados no gana lo suficiente para costear la canasta básica familiar de bienes y servicios que se sitúa casi en los 45,000 pesos en promedio.
Solo el 26.9 % reportó que tiene salarios mensuales de 46,000 pesos o más. De la muestra, este fue el mayor nivel de ingresos registrado.
Las demás ganancias reportadas en esta investigación van desde 15,000 o menos al mes, hasta inferiores a los 45,000 pesos, con porcentajes muy similares. El segundo grupo más grande fue el de 26,000 a 37,000 pesos, que representa el 24.4 % de los consultados.
Muy pocas universidades de Latinoamérica tienen disponible en su oferta académica estudios superiores en materia de danza; esta lista, que incluye países como México o Costa Rica, lamentablemente no tiene a República Dominicana.
Que se imparta la danza como licenciatura en el país es una lucha histórica de este gremio que perjudica la calidad profesional de los bailarines dominicanos.
Según Despradel, esto provoca la pérdida de gran capital humano que emigra en busca de seguir desarrollándose y tener mejores condiciones de vida.
«Seguimos teniendo una fuga enorme de talentos que se van del país porque quieren seguir una carrera artística de danza y en el país no pueden desarrollar sus conocimientos al máximo», explicó la exbailarina.
Considerando que actualmente el sector público es el que mejores garantías laborales ofrece para los danzantes, entra en contradicción que para ingresar a estas plazas se debe poseer una licenciatura que no se imparte a nivel nacional.
«Ubicar al profesional de la danza en plazas de trabajo es uno de los mayores retos y eso se une a que no tenemos todavía una licenciatura en danza en los niveles superiores de Educación», añadió.
Aunque la mayoría de los artistas encuestados por Diario Libre indicó tener estudios superiores, el 80 % aseguró que no son relativos a su actividad profesional.
A pesar de los desafíos, el sector danza exhibe importantes conquistas que se han podido obtener a lo largo de los años. La creación de nuevas compañías, el fortalecimiento de las academias de formación, la masificación de los talleres, la diversidad del género danzario, entre otros.
En la opinión de Despradel la aparición de mayor cantidad de escuelas privadas con un currículo sólido es uno de los principales avances del gremio, además de la aparición de más profesionales en el área.
En esa línea, la experta precisó que en la actualidad hay importantes figuras de la danza en espacios de toma de decisiones que son: Marinella Sallent, directora General de Bellas Artes; Carlos Veitía, director del Teatro Nacional, y Elvis Guzmán, director de Formación Artística Especializada de Bellas Artes.
Este sondeo se desarrolló a través de una encuesta digital en la que participaron 78 profesionales de la danza de diversas categorías. El levantamiento informativo se realizó entre el 14 de abril y el 26 de abril.
El 62.8 % eran mujeres y el restante 32.8 % eran hombres. El principal rango etario fue de jóvenes entre 18 a 27 años (51.3 %), en segundo lugar, estaban los de 28 a 35 años (21.3 %), seguido de ciudadanos entre 36 y 45 años, seguido de las personas de 48 o más (7 %).
El nivel de experiencia fue diverso y participaron personas desde cinco hasta más de 21 años, siendo el mayor grupo alcanzado los de 6 a 12 años (35.9 %) en el mundo de la danza.
De acuerdo a las respuestas, el 38 eran bailarines activos, seis se dedicaban a la pedagogía, uno a la coreografía, 32 indicaron realizar varias de estas actividades profesionales y uno estaba en condición de retiro.
