RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El escenario del Teatro Nacional Eduardo Brito vivió una deslumbrante puesta en escena de “Sueño de una noche de verano”, un ballet que encantó al público con su mezcla de danza, teatro, música en vivo y una cautivadora escenografía.
Inspirada en la célebre obra de William Shakespeare, esta versión coreográfica, dirigida por Alina Abreu, trasladó a los espectadores a un bosque mágico donde las emociones humanas se entrelazan con las travesuras de las hadas. La producción destacó por su capacidad de recrear un mundo fantástico y complejo, cargado de humor, drama y belleza visual.
La historia sigue los enredos amorosos de Hermia, Lisandro, Helena y Demetrio, cuya suerte es manipulada por los caprichos del rey y la reina de las hadas, Oberón y Titania, y su pícaro asistente Puck. Una flor mágica, capaz de alterar corazones y crear caóticos malentendidos, es el eje de los giros que provocan risas y asombro en el público.
El montaje combinó la elegancia del ballet clásico con momentos más dinámicos y humorísticos, especialmente en los personajes de Puck y Bottom, quienes aportaron un necesario alivio cómico.
La escenografía y la iluminación, cuidadosamente diseñadas, transportaron al público al corazón de un bosque encantado. Los detalles visuales, sumados a los movimientos fluidos de los bailarines, crearon una atmósfera mágica que capturó la esencia de la obra original de 1959 y del ballet “The Dream” de Frederik Ashton, en el que se inspira esta versión.
La orquesta en vivo, dirigida por Junior Basuto Lomba, ofreció una interpretación magistral de las piezas de Felix Mendelssohn. Los sonidos de los violines, flautas, cellos y clarinetes no solo acompañaron la danza, sino que también dieron vida a las emociones y los giros de la trama, evocando momentos de ensoñación y caos.
El talento del elenco, compuesto por bailarines como Demi Issa, Solieh Samudio, Eliosmayquer Orozco, JJ Sánchez, Grace Batista, Carmen Arredondo, Ednis Mallol, Pedro Pablo Martínez, Camila Hernández y María Muñoz, fue clave para el éxito del montaje. Cada interpretación logró capturar tanto la esencia de sus personajes como la precisión técnica del ballet.