RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Falleció la noche de este martes la señora Eladia Ozuna Reyes, quien quedará en la historia como aquella humilde mujer que se cansó de reclamar el pago de los terrenos donde se construyó el Aeropuerto Internacional Las Américas.
Semanas antes de su muerte, Doña Eladia apareció en la palestra pública al denunciar que era la propietaria de los referidos terrenos al ser la sucesora de su madre quien se los dejó como herencia a ella y a dos de sus hermanos los cuales se desconoce si viven.
Los medios de comunicación se hicieron eco de su reclamo, y en torno a su denuncia el ministro de Hacienda aseguró que los 85 millones de pesos, monto en que en ese momento se encontraban valorados los terrenos, serían pagados el próximo año 2026.
El senador de la provincia San Juan, Félix Bautista, la entrevistó en su humilde morada ubicada en el distrito municipal La Caleta del municipio Boca Chica, tras conocerse el reclamo. El legislador le prometió mediar para que ella recibiera el pago correspondiente por su herencia.
Todo ha quedado plasmado en las páginas de los diarios, en el recuerdo de sus hijos y en el alma de doña Eladia que, desde el cielo, seguirá clamando para que sus vástagos reciban lo que ella anheló para que ellos tengan la vida que ella mereció y que los “hombres de poder”, de distintos gobiernos de la República Dominicana, le negaran.
Murió en el Centro Médico Dominico-Cubano, lugar donde se encontraba ingresada tras sufrir varias complicaciones luego de sufrir una trombosis en el lado izquierdo de su cuerpo.
La mujer llevaba varios años luchando por obtener la remuneración correspondiente a los referidos terrenos.
Doña Eladia Mercedes Ozuna Reyes tenía 87 años de edad. Hasta el momento no hay detalles de las honras fúnebres.
La justicia dominicana ordenó, a través de una sentencia en el año 2021, que el Gobierno le pagara la citada suma. Pasados más de tres años de esta decisión del Tribunal Superior Administrativo (TSA), la anciana invidente, que residía en el distrito municipal La Caleta del municipio Boca Chica, en la provincia Santo Domingo, vivió en la indigencia, sufría de diabetes e hipertensión y estaba postrada en una silla de ruedas porque solo tenía un pie.