RDE DIGITAL, SANTO DOMINGO.-En los últimos años, los dominicanos han visto con ojos de asombro, el deterioro progresivo de infraestructuras viales importantes y de menor cuantía, por falta de mantenimiento; a esto le sumamos fallas en los principales servicios públicos que han conllevado al detrimento de la calidad de vida de la gente.
Este abandono por parte del gobierno central y de gobiernos locales, ha provocado la pérdida de vidas humanas, daños a la agricultura y destrucción de bienes inmuebles, cuyos montos rondan miles de millones de pesos. Además de la falta de mantenimiento en obras y servicios públicos básicos, se suma también la baja inversión del gasto de capitales para la construcción de enlaces viales, acueductos, centros de salud, escuelas, caminos vecinales, canales de riego, calles, aceras, entre otros.
Estos descuidos gubernamentales y de gobiernos locales, que abarcan el sistema de drenaje pluvial y alcantarillado del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, han provocado inundaciones, no solo en calles y avenidas, sino también que se han desbordado a lugares insólitos como parqueos de residenciales que supuestamente deben estar protegidos por trabajos de mantenimiento constantes en esas áreas.
En ese sentido, el economista Juan Ariel Jiménez manifestó que el Gobierno ha abandonado el mantenimiento de obras en todo el territorio nacional.
Dijo que la no inversión pública ha hecho mucho daño al país en los años de gobierno del Partido Revolucionario Moderno -PRM-. Señaló que, “cuando se caen los puentes y se afectan estructuras como el paso a desnivel de la avenida 27 de febrero con Máximo Gómez, así como escuelas y hospitales, se quiere buscar culpables y que todo se debe a la falta de seguimiento a esas obras, algunas con más de 20 años de construidas”.
Los servicios públicos se han caído en el país en todos los órdenes. El sistema energético presenta fallas donde con apagones de más de 10 y 12 horas en sectores del Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo y en todo el territorio nacional, donde los ciudadanos no sufrían de estas fallas.
Los apagones se producen mientras aumenta la tarifa de cobros por un servicio eléctrico que la población no recibe. Las facturas se han duplicado mientras los dominicanos conviven con una inflación galopante que, aunque el gobierno la ha controlado un poco, con los bajos salarios les dificulta cumplir con el pago de las tarifas que va en aumento inmisericorde.
El servicio 24 horas se ha caído completamente
Una escasez de carbón mineral para la Termoeléctrica Punta Catalina se produjo en el 2021, lo que generó pérdidas millonarias y la cancelación del administrador de la planta. En tanto, los meses de mayo del 2022 y del 2023, fueron los meses que registraron los puntos más críticos del sistema eléctrico en el país con los constantes apagones y las alzas en las facturas eléctricas.
CAASD
En sectores donde se recibía normalmente el servicio de agua potable, en el último año, está llegando racionalizada, interdiario o cada tres días, y en otros ya ha desaparecido de las plumas de casas mientras los ciudadanos tienen que abastecerse del preciado líquido comprándolo a los camiones de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo -CAASD-, con precios por servicio que oscilan entre los mil 500 y 2 mil pesos.
Los habitantes del Distrito Nacional y del gran Santo Domingo han vivido las terribles tragedias que han significado los aguaceros de las tardes del 4 y 18 de noviembre del 2022 y del 2023.
El aguacero que durante más de cuatro horas cayó la tarde del 18 de noviembre del 2023, nunca antes visto por la población dominicana, principalmente del Distrito Nacional, provocó graves e inmensas inundaciones debido al fallo total del sistema de drenaje pluvial y alcantarillado.
Cada vez que caen dos gotas de agua en la capital y la provincia Santo Domingo se tapan los imbornales, a lo que se suma la falta de educación de la población que tira envases plásticos, botellas de agua y desechos sólidos de todo tipo por doquier.
Mientras que, a este deterioro de falta de educación de la población, contribuye también la falta de recogida de basura, o de un servicio más fluido de recogida de desechos sólidos. Los montones de desperdicios en calles y avenidas, principalmente del Gran Santo Domingo, afecta sobre manera el drenaje pluvial, provocando el desborde de cañadas, ríos, arroyos y lagunas.
La falta de mantenimiento de obras viales y del sistema de alcantarillado del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, hicieron colapsar la ciudad más vieja del Nuevo Mundo, a tal punto, que losas del revestimiento del paso a desnivel de la avenida 27 de febrero con Máximo Gómez provocaron la muerte de 9 personas que quedaron atrapadas en sus respectivos vehículos cuando transitaban por la vía en momentos en que caía un fuerte aguacero, producto de una vaguada, la tarde del 18 de noviembre del pasado año.
Ocho días después, el Instituto Nacional de Aguas Potables (Inapa) informó que 37 acueductos resultaron afectados en detrimento de 638,078 usuarios.
La Comisión Militar y Policial del Ministerio de Obras Públicas indicó que la noche del viernes 18 de noviembre del 2023 brindó 855 asistencias viales, entre ellas 251 por fallo mecánico a vehículos afectados en pozos de agua.
La demanda de un sistema de drenaje pluvial en Santo Domingo se convirtió en el tema del debate de quienes consideraron que las cuantiosas pérdidas que produjo el fenómeno natural pudieron haberse evitado si hubiese un mantenimiento constante de estas obras.
Los daños ocasionados por las inundaciones del día 4 de noviembre del 2022 rondan los mil millones de pesos, según datos suministrados por la Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores.
Otros de los servicios públicos que la población ya no percibe como eficientes es el Metro de Santo Domingo, por las constantes quejas de tardanza, problemas técnicos, cancelación de empleados, áreas fuera de servicio, como las escaleras eléctricas en algunas estaciones de gran número de usuarios de este medio de transporte masivo.
Han sido varios los servicios que se han caído en la presente administración, algunos considerados “buenos” por la población, y otros no tanto, pero eran calificados de “regulares” y “resolvían una necesidad urgente”.
El Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad, 9-1-1
El servicio 9-1-1 figura entre los de mayor demanda de la población que ya no ve los mismos resultados en el mismo como los primeros años en que se implementó. La ciudadanía ha tenido que recurrir a servicios de ambulancias privadas y a otros medios, cuando la emergencia toca, en muchos casos, por la ineficiencia de las ambulancias.
Sobre este aspecto se conoció que, pese a que el presidente Abinader autorizó la compra de 200 ambulancias, solo se han adquirido 100, mientras 123 fueron alquiladas recientemente por una suma millonaria a través de un contrato otorgado sin pasar por el proceso de licitación, lo que ha aumentado las críticas de falta de gerencia de las autoridades en este servicio.
Otras fallas de la presente administración se encuentran en la Oficina de Libre Acceso a la Información Pública
El mismo Gobierno, a través de la Dirección de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG), ha realizado evaluaciones y ha determinado que hay instituciones que han presentado fallas en sus respectivas oficinas de libre acceso a la Información Pública y en los criterios de la Dirección de Ética.
En ese sentido, suman 21 las instituciones que no han dado fiel cumplimiento a las informaciones mínimas de Libre Acceso a la Información Pública y los criterios de Ética Gubernamental, entre ellas figuran ambas Cámaras del Congreso Nacional, el Fondo Nacional para el Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Instituto Nacional de la Uva, la Junta Central Electoral, la Comisión Internacional Asesora Ciencia y Tecnología.
También, la Comisión Permanente de Efemérides Patria, Administradora de Subsidios Sociales ADESS-, el Ministerio de Agricultura, Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (EDENORTE), Seguro Nacional de Salud (SENASA), Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) y el Instituto Postal Dominicano (INPOSDOM), entre otras instituciones.
Supérate
Además de la clonación de tarjetas del programa de ayuda gubernamental “Supérate”, registrada desde el inicio de este gobierno, otros problemas con este proyecto han sido visibles, como las quejas de los usuarios por la falta de fondos, incluso a mediados de abril de este año, así como la deficiencia en el servicio al cliente para atender en los diferentes puntos Gob a envejecientes y embarazadas, conjuntamente con que las ayudas no llegan a los solicitantes.
Obras Públicas
La falta de mantenimiento de obras provocó la caída de una loseta del paso a desnivel de la avenida 27 de febrero con Máximo Gómez durante las lluvias caídas el 18 de noviembre del pasado año. Igualmente, se han registrado fallas por falta de mantenimiento y la no terminación de los trabajos de construcción.
Se han observado fallas en el mantenimiento y construcción de obras viales como en las autopistas Duarte, la nueva y la vieja; la prolongación de la avenida 27 de febrero, la Avenida Monumental, entre otras, las cuales además de presentar falta de material de asfalto, se observan enormes grietas por trabajos no completados.
Dirección General de Pasaportes
En cuanto a mostrar ineficiencia en los servicios públicos, la falta de libretas para pasaportes lleva una de las banderas, pues las filas y demandas de la población por obtener el documento cada día se ha tornado difícil en los dos últimos años.
Cuando la Dirección General de Pasaportes dio la noticia de escasez de libretas debido a que la demanda se incrementó desde el año 2022, las criticas llovieron porque la institución recurrió a la colocación de sellos que indicaba una extensión de las libretas por un año de vigencia a aquellos ciudadanos pendientes por renovar el documento.
Durante el pasado año 2023 y en lo que va de este 2024, la escasez de libretas continúa como el primer guandul. Las filas no se acortan y aun no se avisa cuándo el servicio volverá a la normalidad de antaño.
OMSA
Es evidente el deterioro que en los últimos años ha experimentado la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses -OMSA-, tanto de los corredores como de los autobuses en sí. Además del deterioro en los autobuses, usuarios del servicio han expresado su malestar por el pobre servicio que actualmente ofrece.
Los autobuses de la OMSA ya no transitan por avenidas importantes con cientos de usuarios que han experimentado su desagrado, como son las avenidas Núñez de Cáceres, Churchill y Lincoln.
Igualmente, en la ruta que cubre la avenida John F. Kennedy, que antes era una de las más activas con una flota de autobuses, sencillos y articulados, cuando la frecuencia regular no debería exceder los 5 minutos.
La ausencia de estos vehículos es evidente, y los usuarios lamentan la aparente inacción del gobierno frente a esta situación.
