RDÉ DIGITAL, ROMA.- Este otoño, la vida y obra de Frida Kahlo se adueñan de los teatros más emblemáticos de Italia gracias al musical “Frida, mi amor”, una producción original que mezcla danza, canto y actuación para rendir homenaje a la icónica artista mexicana y a su compleja relación con Diego Rivera.
El espectáculo, fruto del trabajo de los creadores italianos Andrea Ortis y Gianmario Pagano, fue presentado oficialmente este lunes en la Embajada de México en Roma. El musical ha sido desarrollado en colaboración directa con instituciones como la Casa Azul y el Museo Diego Rivera, y busca ofrecer una visión profunda y respetuosa del universo emocional y artístico de Frida.
“Queremos contar su historia sin convertirla en un producto comercial ni glorificarla. No es una biografía embellecida, sino un viaje sensorial a su humanidad”, afirmó Ortis, quien además interpreta a Rivera en la obra.
Una gira por las grandes ciudades italianas
El musical debutará en Avellino los días 21 y 22 de octubre, antes de iniciar una gira por importantes teatros italianos:
Milán: 30 octubre – 2 noviembre
Florencia: 7 – 9 noviembre
Roma (Teatro Brancaccio): 12 – 23 noviembre
Turín: 4 – 7 diciembre
Con una escenografía que convierte el escenario en un “cuerpo viviente”, el musical apuesta por una narrativa visual poderosa y música que fusiona lo tradicional mexicano con lo contemporáneo y electrónico, incluyendo incluso el silencio como herramienta expresiva.
Un elenco comprometido con el alma de Frida
La actriz Federica Butera encarna a Frida, mientras que el propio Ortis interpreta a Diego Rivera. Completando el elenco está Drusilla Foer, reconocida figura italiana, quien asume el papel de la Catrina, símbolo mexicano de la muerte, reinterpretada aquí como parte del ciclo vital y no como un final.
“La música es inquieta, como Frida. Siempre en movimiento, siempre vibrando con su historia y con las raíces de América Latina”, explicó el compositor Vincenzo Incenzo.
Cultura como puente entre Italia y México
El embajador mexicano en Italia, Carlos García de Alba Zepeda, celebró el proyecto como una expresión de los 150 años de relaciones diplomáticas entre ambos países, donde el arte ha sido un canal fundamental de encuentro y comprensión mutua.
“Esta obra honra el poder transformador del arte, y lo hace desde el respeto y la autenticidad”, concluyó.