RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- El geólogo Osiris de León consideró que ningún país del mundo está preparado para un gran terremoto ni un tsunami y se lamentó que en las costas dominicanas no exista señalización sobre los lugares seguros y cómo lograr salvarse ante un fenómeno de ese tipo.
Puso como ejemplo el caso del tsunami del 4 de agosto de 1946 en la comunidad de Matanzas, provincia María Trinidad Sánchez, donde hoy existen incluso más viviendas que en aquella época, pese a ese suceso histórico.
“Usted puede ir a Matanzas y no hay nada señalizado, y eso es preocupante, porque un tsunami en esa zona puede alcanzar olas de hasta 15 metros”, dijo el experto alertando que es importante que también se haga una jornada de concienciación de la población a través de simulacros.
Recordó que un tsunami en una zona como Matanzas puede alcanzar olas de hasta 15 metros y eso puede arrasar la comunidad como lo hizo en 1946.
Beneficios de la señalización
El experto dijo que con el tema de los tsunamis hay mucho que hacer en el país en materia de educación, porque la gente debe aprender por qué se produce ese fenómeno y que tan alto puede llegar en una zona costera o que tan alto o no está su vivienda o la escuela.
Dijo: “si hoy vas a Puerto Plata y preguntas a las personas de allí qué harían en caso de un sismo o un tsunami, los residentes responderían de forma igual: salir corriendo”.
“Cuando llegue una convocatoria de evacuación de una zona costera, debemos saber primero cuáles son los lugares seguros, pero aquí no tenemos costas señalizadas en República Dominicana”, destacó.
Dijo que lo primero que se tiene que hacer es marcar la costa como zona de peligro y zona segura.
“Es bueno que la gente sepa, porque si corre en sentido paralelo a la costa en realidad no se está protegiendo, tiene que correr en perpendicular a la costa y hacia un lugar alto y cómo se hace eso, con un simulacro periódico y señalización”, agregó.
Mencionó la zona entre las comunidades Nagua y Cabrera, en la provincia María Trinidad Sánchez, como una muestra urgente de por qué se debe señalizar.
“Si a cualquiera de nosotros nos sorprende un tsunami entre Nagua y Cabrera o entre Nagua y Sánchez, a mitad de camino, no tenemos escapatoria, no tenemos hacia donde ir”, resaltó.
Se recuerda que un tsunami es una serie de olas procedentes del océano que envía grandes oleadas de agua que, en ocasiones, alcanzan alturas de 30.5 metros, hacia el interior.
Tsunami de 1946
De acuerdo con un informe publicado por el Centro Nacional de Sismología, el 4 de agosto de 1946 ocurrió el terremoto más grande de la historia sísmica instrumental de La Hispaniola. Se trató de un sismo de magnitud 8.1 y el mismo generó un tsunami a raíz de la sacudida sísmica.
“El poblado de Matanzas fue arrasado totalmente por olas gigantescas que alcanzaron más de 9 pies de altura; penetrando hasta 2 kilómetros hacia tierra, quedando de unas 300 casas construidas de maderas solo 8, las demás fueron despedazadas. Los pueblos de Cabrera, Nagua y Sánchez quedaron sin comunicación al derrumbarse varios puentes”, dice el informe.
Los datos históricos recogidos por el Centro Nacional de Sismología hablan de unas 1,000 víctimas mortales.
Otro efecto del sismo fue que en Moca el Palacio Municipal se desplomó.
Terremoto en Haití
Osiris de León, quien se refirió al tema al participar en la conferencia “Navegando en el peligro, tsunamis, terremotos y huracanes”, hizo un llamado al país sobre el sismo ocurrido en Haití en 2010 recordando que fue en la isla.
“Fue en la isla y eso tiene que obligarnos a asumir una responsabilidad en materia de sismicidad, porque estamos registrados a nivel internacional como la isla que ha tenido más muertos en toda esta región y que ocupamos el segundo lugar en la historia global”, indicó.
Dijo que el sismo del 12 de enero de 2010 es para revisar y cambiar el modelo, recordando que en ese sismo se cayeron edificios majestuosos construidos con todos los procesos como el Palacio Presidencial.
Agregó que la causa por la que estos grandes edificios cayeron es porque estaban construidos sobre suelo arcilloso y flexible.
