RDÉ DIGITAL, NUEVA YORK.- La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha decidido no destituir al alcalde Eric Adams, a pesar de las crecientes presiones y críticas por su vinculación con el presidente Donald Trump y las investigaciones federales en su contra.
Sin embargo, Hochul anunció que tomará medidas para limitar los poderes de Adams y supervisar de cerca la administración de la ciudad.
En una conferencia de prensa, Hochul detalló su decisión de crear un cargo de “inspector general especial”, que será parte de la Oficina del Inspector General del estado.
Este nuevo puesto supervisará al Departamento de Investigaciones de la ciudad, con el objetivo de garantizar la independencia y transparencia en las actividades del gobierno de la ciudad.
“Después de una cuidadosa consideración, he decidido que no iniciaré procedimientos de destitución en este momento. Creo firmemente en la voluntad de los votantes y en la supremacía de las elecciones democráticas”, comentó Hochul.
Aunque la gobernadora aclaró que tiene el poder constitucional para destituir al alcalde, optó por respetar el derecho de los neoyorquinos a decidir su futuro en las urnas en noviembre próximo.
La decisión de la gobernadora se produce en medio de la controversia sobre las reuniones de Adams con Trump y otros funcionarios de la administración republicana, lo que generó críticas dentro del Partido Demócrata.
Muchos acusan al alcalde de haber cedido a las presiones antiinmigrantes del exmandatario a cambio de que se desestimara el caso de corrupción que enfrenta.
El escándalo llevó a la renuncia de varios fiscales federales y altos funcionarios del gobierno de la ciudad, lo que aumentó la presión sobre Hochul para que tomara una decisión sobre el futuro de Adams. La gobernadora, sin embargo, aseguró que su principal objetivo es estabilizar la ciudad y evitar que los servicios públicos se vean interrumpidos.
Como parte de su plan de acción, también propuso otorgar mayores poderes al Contralor de la Ciudad, al Consejo y al Defensor del Pueblo para iniciar litigios contra cualquier agencia federal que se niegue a actuar conforme a las leyes locales, especialmente en lo que respecta a políticas migratorias.
Por su parte, el alcalde Adams respondió a las declaraciones de Hochul en un comunicado, afirmando que no existe una base legal para limitar sus poderes como alcalde, pero expresó su disposición a trabajar con la gobernadora para restaurar la confianza en el gobierno de la ciudad.
Esta situación refleja la creciente tensión entre las autoridades estatales y locales en Nueva York, mientras la ciudad enfrenta un periodo de incertidumbre política y social en medio de las investigaciones federales y las demandas de mayor supervisión del gobierno municipal.
