RDÉ DIGITAL.- PITTSBURGH.- La vicepresidenta Kamala Harris viaja este jueves a Pensilvania, estado clave en las elecciones presidenciales que se perfilan como altamente disputadas. Su visita a Pittsburgh, una ciudad emblemática en la historia del acero estadounidense, sirve de preparación para el debate con Donald Trump, programado para el 10 de septiembre en Filadelfia y transmitido por la cadena ABC.
Mientras tanto, Donald Trump, que estuvo en Pensilvania el miércoles, se dirigirá hoy a un club en Nueva York para presentar su programa económico. A la par, sus abogados regresan a los tribunales en Washington para enfrentar la causa federal que lo acusa de intentar alterar los resultados de las elecciones de 2020.
El debate entre Harris y Trump, de 90 minutos de duración, seguirá reglas similares a las del enfrentamiento de junio entre Trump y el presidente Joe Biden. Los candidatos deberán responder preguntas sin notas ni público, y sus intervenciones serán estrictamente cronometradas, con micrófonos cortados cuando no les corresponda hablar.
El equipo de campaña de Harris había solicitado que los micrófonos permanecieran abiertos durante todo el debate, una medida que podría perjudicar a Trump por su tendencia a hacer declaraciones improvisadas. Trump, por su parte, ha criticado a ABC por presunta parcialidad y ha insinuado sin pruebas que Harris recibirá las preguntas con antelación.
En Pensilvania, Harris también abordará la controvertida compra de la siderúrgica US Steel por parte de Nippon Steel, un tema que ha generado preocupación por el posible despido de miles de trabajadores. La Casa Blanca considera bloquear la adquisición, y tanto Harris como Trump se han opuesto a la operación.
La vicepresidenta, que ha ganado popularidad en las encuestas a nivel nacional, busca capitalizar los proyectos de reindustrialización impulsados por Biden y el apoyo sindical para ganar terreno en los estados más disputados. Sin embargo, a pesar de su posición favorable en las encuestas, la competencia sigue siendo feroz.