RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La película Sugar Island, dirigida por Johanné Gómez Terrero, ha marcado un precedente en la historia del cine dominicano al convertirse en la primera producción nacional accesible para personas con discapacidad visual, mediante el uso de audiodescripción, fomentando el ambiente inclusivo.
La presentación de esta versión especial tuvo lugar el pasado 16 de mayo en la Fundación Dominicana de Ciegos (FUDSI), con la participación de cerca de 50 estudiantes del programa de rehabilitación.
Esta adaptación representa un hito cultural para la República Dominicana, al integrar herramientas que permiten a personas ciegas o con baja visión experimentar una película desde lo estético, emocional y narrativo. La audiodescripción (una técnica que describe las imágenes, gestos y escenas visuales entre los diálogos) permitió que los asistentes se conectaran con la historia desde un enfoque sensorial diferente.
Erasmo Mañón Henríquez, orientador y especialista en movilidad de FUDSI, destacó la importancia de la iniciativa: “Muchas personas llegan a nuestra fundación en situaciones difíciles, y este tipo de propuestas les ofrece un acceso digno a la vida cultural, tal como establece el Artículo 30 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”.
Mañón recordó que, aunque la audiodescripción no es nueva a nivel global, en el país apenas se están dando los primeros pasos hacia un audiovisual más inclusivo.
Después de la proyección, se llevó a cabo un foro de diálogo con los asistentes, quienes expresaron su aprecio por la obra y reflexionaron sobre temas como la herencia afroantillana, las tensiones históricas entre República Dominicana y Haití, y la representación de los bateyes como espacio social y político. La película, según manifestaron, logró emocionar y conectar con sus vivencias pese a las barreras visuales.
La artista y gestora cultural Isabel Spencer, responsable de la coordinación del evento, subrayó que iniciativas como esta deben formar parte del compromiso ético del sector artístico: “Como creadora, siento la responsabilidad de contribuir a derribar los muros que separan a las personas del arte. Sugar Island demuestra que el cine puede ser una herramienta poderosa de inclusión y diálogo”.
El proyecto también contempla una versión adaptada para personas sordas, fortaleciendo el círculo inclusivo en el país. Esta propuesta ha contado con el respaldo de entidades como FUDSI y el Círculo de Mujeres con Discapacidad (CIMUDIS), donde próximamente se llevará a cabo una función especial dirigida a personas con discapacidad auditiva.
Además del impacto cultural y social, Sugar Island inaugura una ruta para futuras producciones que integren la accesibilidad como parte del lenguaje cinematográfico dominicano. En palabras de los organizadores, esta experiencia “abre puertas y deja una impronta duradera”, al demostrar que el arte puede y debe ser un derecho para todos.