El sábado 18 de noviembre quedará en la memoria histórica de la República Dominicana, no solo por las precipitaciones nunca antes registradas (más de 430 milímetros de lluvia por metro cúbico), sino, por el desprendimiento de parte de la pantalla del muro que se ubica en el paso a desnivel de la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez, en dirección Este-Oeste, que provocó la muerte de nueve personas.
El sábado cerca de las 05:00 p. m. el muro a la salida del paso a desnivel en dirección Este-Oeste, era lo más parecido a una presa a punto de colapsar, y así lo hizo. Dos haitianos Boniel Dovielie de 40 años y Nadege Joseph de 33. Tres dominicanos el general y reconocido cirujano urólogo Eduardo Cabrera Castillo de 68 años, así como el Sr. Omar Alejandro Méndez Avilés de 70 años y su hija Solange María Méndez de 31, quien recién se había casado el pasado 30 de septiembre. Entre las víctimas también están Michael Orozco un fiscal de Bayamón en Puerto Rico de 29 años, y su esposa María Nereida Martínez Vásquez de 31 años, apenas tenían un año de casados, y esperaban su primer bebé. Con ellos los padres de María, Ramón Antonio Martínez de 75 años y su esposa Awilda Vásquez de 65.
La gran pregunta es ¿Quién es responsable del colapso del muro?
La obra fue construida en el primer mandato del ex presidente Leonel Fernández, en ese entonces la Secretaría de Obras Públicas y Comunicaciones era dirigida por el ingeniero Diandino Peña. De hecho, según recogen medios de la época, a ocho meses de inaugurado el paso a desnivel, la obra presentó grietas en el muro en dirección Oeste-Este, por lo que el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), recomendó tumbar el muro, pues indicaba en un informe técnico que la obra presentaba algunas fallas, como la ausencia de drenajes en los muros, el anclaje inferior de las vigas no presentaba integración adecuada, pero tampoco estaba dotado de anclajes superiores, en general informaban que el diseño, la construcción y supervisión de la obra eran deficientes.
Según informaciones obtenidas por el equipo de RDÉ Digital, las recomendaciones del CODIA, en la época, fueron tomadas en cuenta, pero solo se reestructuró la parte de la obra donde había sido visible la falla, dejando tal cual estaba el otro lado de la vía, el paso a desnivel en dirección Oeste-Este, donde el pasado sábado, tuvo lugar la tragedia.
El actual ministro del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, Deligne Ascención, en su línea discursiva tras la tragedia, parece indicar que todo es responsabilidad de quienes construyeron la obra hace más de 20 años, si bien es cierto que de haberse estructurado la parte del paso a desnivel en dirección Este-Oeste, quizás las pantallas del muro no se desploman, no menos cierto es, que la institución es en representación del Estado la responsable de garantizar la calidad en la ejecución de obras de ingeniería y arquitectura en el país, mediante el análisis, evaluación y supervisión de las obras. Lo que quiere decir que la actual gestión en términos reales, es en buena parte responsable, de la desgracia.
Inundaciones, desbordamientos de ríos, 45 comunidades incomunicadas, 5 puentes afectados, 3,571 viviendas afectadas y un mar de desplazados de más de 17,855 personas, ese, fue el resultado de un fin de semana desastroso para la República Dominicana, que ha dejado de luto hasta el momento a 25 familias.
El sábado 18 de noviembre del 2023, la luz al final del túnel indicaba un portal al más allá, en la salida del paso a desnivel de la avenida 27 de Febrero, para nueve vidas, más una en camino, que hoy están bajo tierra, por la negligencia de un Estado que tras 23 años falló en las garantías de vida y seguridad, que las infraestructuras viales del país deben brindar a cada ciudadano que transita por ellas.