RDÉ DIGITAL, VENEZUELA.– El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuestionó públicamente este jueves la inclusión de su país en la nueva lista de restricciones migratorias emitida por el gobierno de Estados Unidos, e instó al presidente estadounidense, Donald Trump, a no dejarse influenciar por lo que calificó como “mentiras” sobre la situación venezolana.
Durante un acto oficial transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión, Maduro aseguró que su gobierno no se niega a recibir a nacionales deportados desde EE. UU., y criticó la medida de Washington que restringe la entrada de ciudadanos venezolanos.
“Presidente Donald Trump, yo le envío un mensaje a usted: no se deje envenenar más contra Venezuela. Lo envenenan todos los días con mentiras”, expresó.
La reacción del mandatario surge tras la promulgación de una proclamación presidencial que impone restricciones totales o parciales de ingreso a ciudadanos de 19 países, bajo el argumento de proteger la seguridad nacional de Estados Unidos.
En el caso de Venezuela, se han limitado nuevas emisiones de visados, aunque se mantienen vigentes ciertas excepciones para residentes permanentes, diplomáticos y atletas.
Horas antes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela también había rechazado la medida, calificándola como “una campaña de estigmatización” contra la población migrante venezolana.
Según el comunicado oficial, se trata de “una acción impulsada por sectores hostiles en Washington” y respaldada por la oposición venezolana.
Restricciones migratorias afectan venezolanos
La Cancillería reiteró además la recomendación de evitar viajes a Estados Unidos, al considerar que “no existen condiciones mínimas de respeto ni de legalidad” para los ciudadanos venezolanos en ese país.
Maduro, por su parte, afirmó que las sanciones y medidas migratorias afectan directamente a miles de venezolanos que residen o intentan ingresar legalmente a Estados Unidos.
“Somos gente de bien. Ya basta de campañas de descrédito”, manifestó.
La proclamación presidencial estadounidense entrará en vigor el próximo 9 de junio y contempla una revisión periódica de su alcance, con posibilidad de ser modificada cada 90 o 180 días, según los informes que emita el Departamento de Estado al presidente.