RDÉ DIGITAL, HAITÍ (EFE).- Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció la suspensión de sus operaciones en la capital haitiana tras denuncias de amenazas directas por parte de miembros de la Policía Nacional de Haití y ataques recientes que pusieron en riesgo a su personal y pacientes.
La decisión, efectiva desde este martes, se tomó días después de que una ambulancia de MSF fuera atacada el 11 de noviembre, provocando la muerte de dos pacientes y agresiones al personal médico. Christophe Garnier, jefe de misión de MSF en Haití, explicó que la organización está acostumbrada a trabajar en condiciones de inseguridad extrema, pero cuando las fuerzas del orden se convierten en una amenaza directa, operar se vuelve insostenible.
Servicios suspendidos
La suspensión afecta a todas las admisiones y traslados de pacientes en las cinco estructuras médicas que MSF mantiene en Puerto Príncipe, salvo la atención de los pacientes ya hospitalizados. La organización también confirmó que continuará brindando servicios de salud materna en el sur del país, específicamente en Port-à-Piment.
MSF es uno de los pocos proveedores de servicios médicos esenciales en la capital, atendiendo semanalmente a más de 1,100 pacientes ambulatorios, 54 niños en situación de emergencia, más de 80 supervivientes de violencia sexual y personas con quemaduras graves.
Un entorno cada vez más hostil
En la semana posterior al ataque a la ambulancia, miembros de la policía detuvieron repetidamente los vehículos de MSF y amenazaron al personal con agresiones físicas y sexuales. Además, la organización denunció ataques de grupos armados de autodefensa, lo que ha exacerbado la inseguridad.
“Lamentamos profundamente esta decisión en un momento crítico para Haití, cuando los servicios de salud son más limitados que nunca. No obstante, no podemos poner en peligro la vida de nuestro personal en un entorno hostil donde incluso las fuerzas del orden nos amenazan”, señaló Garnier.
MSF aseguró que la reanudación de sus servicios en Puerto Príncipe dependerá de garantías concretas de seguridad y respeto por su misión humanitaria por parte de las fuerzas del orden, grupos armados y otros actores en conflicto.