RDÉ DIGITAL SANTO DOMINGO.- El sector agrícola en la zona fronteriza del país se enfrenta a un importante desafío durante el primer trimestre de este año: el estrés hídrico.
Según el Ministerio de Economía, a través del boletín «Mi Frontera RD», la escasez de agua está afectando a provincias clave como Dajabón, Monte Cristi, Santiago Rodríguez, Elías Piña, Independencia, Bahoruco y Pedernales, todas ellas fronterizas con Haití.
El informe destaca que el sector agrícola es el principal consumidor de agua en esta región, lo que pone de relieve la necesidad urgente de una gestión más rigurosa de este recurso.
El término «estrés hídrico» se utiliza cuando la demanda de agua supera la cantidad disponible en un período determinado, lo que puede tener repercusiones graves en la productividad y el crecimiento económico.
La disponibilidad de agua está estrechamente relacionada con el ciclo hidrológico y factores como el clima, las características del suelo y la vegetación. En la frontera, los niveles de uso del recurso podrían estar superando su velocidad de renovación natural, lo que plantea desafíos significativos para el desarrollo sostenible de la región.
El informe también destaca la importancia de las infraestructuras hidroeléctricas y la necesidad de invertir en proyectos que mitiguen esta problemática. El Gobierno ha implementado 25 proyectos de inversión pública para abordar estos desafíos y mejorar la gestión del agua en la zona.
Un aspecto preocupante es el déficit de infraestructura para la captación, almacenamiento, conducción y distribución de agua potable, tanto para uso doméstico como agrícola.
Según un Diagnóstico de la Brecha Estructural de Agua, más de 11,000 viviendas en la zona fronteriza no reciben servicio de agua potable, lo que subraya la urgencia de acciones concretas para garantizar este derecho básico a la población.
Además, se destaca que entre el 64 % y 84 % de los hogares prefieren almacenar agua debido a la discontinuidad del servicio y la falta de acceso a fuentes confiables. Esto indica la necesidad de mejorar la infraestructura y garantizar un suministro continuo y de calidad para todos los habitantes de la zona.
En resumen, el estrés hídrico en el sector agrícola de la zona fronteriza es un desafío complejo que requiere una respuesta integral y coordinada. Es fundamental invertir en infraestructuras, mejorar la gestión del agua y garantizar el acceso equitativo a este recurso vital para el desarrollo sostenible de la región.
