RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS.- La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica advirtió sobre una temporada de huracanes potencialmente devastadora debido al calentamiento global y la transición de El Niño a La Niña, lo que favorecerá la formación de ciclones capaces de intensificarse rápidamente y alcanzar categorías mayores.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) emitió el pasado jueves una advertencia alarmante: los Estados Unidos podrían enfrentar una de las peores temporadas de huracanes en la historia registrada.
La agencia pronosticó entre 17 y 25 tormentas tropicales, de las cuales entre 8 y 13 podrían convertirse en huracanes, y entre 4 y 7 podrían ser huracanes mayores, según informó The Washington Post. La combinación de temperaturas cálidas en el océano Atlántico y una disminución del fenómeno de El Niño sugiere un año “hiperactivo”.
En general, la NOAA estima que hay un 85 % de probabilidad de que la temporada sea superior a la media. Esta sería la octava temporada en los últimos diez años en superar el promedio de tormentas registrado entre 1991 y 2020, según datos de FOX Weather.
Matthew Rosencrans, principal pronosticador de la temporada de huracanes de la NOAA, explicó que las aguas del Atlántico tropical están “dramáticamente” más calientes que hace 19 años, alcanzando ya temperaturas típicas de agosto. Además, nuevas investigaciones indican que los ciclones se están intensificando tres veces más rápido en comparación con décadas anteriores al acercarse a la costa.
El calentamiento global, impulsado por los gases de efecto invernadero emitidos por el hombre, es una de las principales causas de esta tendencia. Cada megatormenta que ha sido potenciada por el calentamiento del planeta refuerza la evidencia del creciente riesgo de huracanes.
Este año, además, se espera una transición de El Niño a La Niña para el corazón de la temporada de huracanes, similar a lo sucedido en el año 2005, que fue récord. Este cambio natural favorece la actividad tropical en el Atlántico, creando condiciones más propicias para el desarrollo de tormentas. Según Ken Graham, director del Servicio Meteorológico Nacional, “todos los ingredientes están definitivamente listos para una temporada activa”.
El pronóstico de la NOAA coincide con otros emitidos por expertos en meteorología. Por ejemplo, la Universidad Estatal de Colorado prevé hasta 24 tormentas tropicales y hasta cinco huracanes mayores. De igual manera, la Met Office británica prevé 22 tormentas tropicales, con la posibilidad de igualar el récord de 28. Sin embargo, el pronóstico más preocupante proviene de la Universidad de Pensilvania, cuyos científicos anticipan 33 tormentas nombradas, lo que establecería un nuevo récord.
La temporada de huracanes comienza el 1 de junio, y se espera que las condiciones sean ideales para la intensificación de estos sistemas durante agosto y septiembre, los meses más críticos. La temperatura superficial del Atlántico tropical es actualmente de 1 a 2 grados Celsius por encima de lo normal, proporcionando más energía para que las tormentas tropicales se desarrollen.
Además, el fenómeno de La Niña reducirá lo que se conoce como cizalladura del viento, facilitando así que las tormentas se organicen en sistemas rotativos con ojos definidos y violentos vientos circundantes.