RDÉ DIGITAL, VENEZUELA.– El presidente Nicolás Maduro consolidó su poder político al obtener el control de 23 de las 24 gobernaciones de Venezuela y asegurar una mayoría aplastante en la Asamblea Nacional, tras unas elecciones marcadas por el ausentismo, la fragmentación opositora y cuestionamientos sobre su legitimidad.
La oposición solo retuvo la gobernación de Cojedes, encabezada por Alberto Galíndez, uno de los pocos líderes opositores que logró reelegirse. Estados como Zulia y Barinas, considerados bastiones tradicionales de la oposición, fueron conquistados por el chavismo.
La jornada electoral del domingo registró una participación de apenas 42.63 %, de acuerdo con el vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Carlos Quintero, reflejando el desencanto ciudadano tras la polémica reelección de Maduro en julio de 2024, cuyos resultados aún no han sido publicados oficialmente por el CNE.
Esequibo, símbolo de expansión territorial
Entre las gobernaciones ganadas por el oficialismo destaca la del recién creado estado Guayana Esequiba, un territorio en disputa con Guyana y actualmente bajo litigio en la Corte Internacional de Justicia. Solo residentes de dos comunidades fronterizas pudieron votar, con una participación de 31.58 %.
La Asamblea Nacional también integrará a figuras clave del entorno presidencial, como la primera dama Cilia Flores y el hijo del mandatario, Nicolás Ernesto Maduro, parte de un bloque parlamentario que obtuvo el 82.68 % de los votos, según cifras oficiales.
Maduro celebró los resultados desde el palacio presidencial, afirmando: “Hemos demostrado el poder del chavismo”, en una clara señal de continuidad hegemónica del proyecto bolivariano iniciado por Hugo Chávez.
Desunión opositora y críticas internacionales
El resultado electoral representa un fuerte revés para la oposición, golpeada por divisiones internas y una estrategia ambigua. Mientras la Plataforma Unitaria y María Corina Machado llamaban a la abstención, otros sectores opositores participaron, algunos con vínculos con el gobierno.
Henrique Capriles, excandidato presidencial, fue electo como legislador luego de que se levantara la inhabilitación política en su contra, en medio de un proceso que observadores internacionales califican como instrumentalizado.
Sectores ciudadanos cuestionaron la transparencia del proceso. “¿Cómo confiar en un CNE que todavía no ha publicado los resultados del 28 de julio?”, expresó Sol González, joven caraqueña que decidió no votar.
Estados Unidos, la Unión Europea y varios gobiernos latinoamericanos han rechazado la reelección de Maduro, considerando ilegítimos los procesos electorales bajo su administración.
El nuevo mapa político deja al chavismo con control casi absoluto del poder territorial y legislativo, en un contexto de aislamiento diplomático, crisis económica persistente y creciente migración.