RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Nacido en Santo Domingo y bautizado por la gracia en el seno de la Iglesia Católica el 1990, el Dr. Omar Arbaje de Moya es, por encima de todo, un hijo de Dios. Esta identidad fundamental ha guiado cada paso de su vida y su vocación, fusionando ciencia y fe con profundo respeto y entrega.
Su formación inicial tuvo lugar en el Colegio San Gabriel de la Dolorosa, donde comenzó a nutrirse tanto académica como espiritualmente.
Médico de profesión, egresó del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) en el año 2005. Diez años más tarde, obtuvo su título de Máster en Bioética en el mismo centro universitario.
A su formación médica y ética, se suman dos años de estudios filosóficos realizados en el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino y en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Además, cursó estudios en Teología en el Centro de Estudios Institucionales de Teología Santo Domingo de Guzmán, en el histórico Convento de los
Dominicos.
Apasionado por el anuncio de la Verdad, ha dedicado su vida a la formación de otros en la fe. Es predicador católico, con experiencia en formación doctrinal tanto básica como avanzada. Fundador del Ministerio de Formación Al Amparo del Altísimo desde 2014, ha llevado la enseñanza de la auténtica fe católica a comunidades nacionales e internacionales a través de charlas, talleres, cursos, conferencias y acompañamiento personalizado.
También es director y docente de la Escuela de Formación San Ireneo de Lyon, el brazo formativo de su ministerio, considerada hija adoptiva de la PUCMM desde 2012. En este espacio imparte asignaturas como Doctrina, Moral, Sagrada Liturgia, Espiritualidad, Apologética, Sagrada Escritura e Historia de la Iglesia.
Además, ha colaborado con la Arquidiócesis de Santo Domingo, impartiendo formación en Sagrada Liturgia a nivel zonal y arquidiocesano.
El Dr. Omar Arbaje de Moya vive convencido de que el conocimiento, cuando nace del amor a Dios, transforma vidas. Por eso, su misión no es solo enseñar, sino formar discípulos en el corazón de la Iglesia, con pasión, claridad doctrinal y fidelidad al Evangelio.