RDÉ DIGITAL, CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- El Vaticano otorgará la indulgencia plenaria de los pecados durante el Año Santo de 2025 a aquellos que ayuden en la acogida de inmigrantes o se abstengan un día como “penitencia” de las redes sociales.
El cardenal Angelo De Donatis, publicó este lunes las “Normas para la concesión de la indulgencia” en el Jubileo del próximo año, convocado el jueves por el papa Francisco con la bula “Spes non confundit” (la esperanza no defrauda).
El Año Santo ordinario, que se celebra cada 25 años, ofrecerá el perdón de los pecados a quienes lleven a cabo las acciones especificadas en este documento.
La “indulgencia plenaria jubilar” se conseguirá mediante iniciativas que ayuden “en modo concreto y generoso” al “espíritu penitencial” de los viernes.
Se conseguirá “absteniéndose, en espíritu de penitencia, al menos durante un día de distracciones banales” tanto “reales como virtuales, inducidas por ejemplo por los medios de comunicación y por las redes sociales”, pero también evitando “consumos superfluos”, es decir, ayunando o practicando abstinencia.
Asimismo, la indulgencia también se podrá adquirir “otorgando una proporcionada suma de dinero a los pobres” o “sosteniendo obras de carácter religioso o social” especialmente “en favor de la defensa y protección de la vida en cada etapa y de la calidad de la misma”.
Esto consiste en apoyar a “la infancia abandonada, la juventud en dificultad, los ancianos necesitados o solos o los migrantes de diversos países que abandonan su tierra en busca de una vida mejor para ellos y sus familias”.
Otra posibilidad es “dedicar una adecuada parte del propio tiempo libre a actividades de voluntariado que sean de interés para la comunidad y otras formas similares de compromiso personal”.
Por otro lado, la indulgencia, remisión y perdón de los pecados, aplicada también a “las almas del Purgatorio en forma de sufragio”, se otorgará como es tradicional a quienes peregrinen a cualquier lugar sagrado y acudan a misa.
En Roma habrá que visitar al menos una de las cuatro basílicas papales -San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María La Mayor o San Pablo Extramuros- y en Tierra Santa, el Santo Sepulcro de Jerusalén, la natividad de Belén o la Anunciación en Nazaret.
El perdón también llegará a quienes estén arrepentidos pero no puedan participar en estos actos o peregrinaciones por diversos motivos, como monjas y monjes de clausura, ancianos, enfermos, presos o quienes asisten en los hospitales.
Esto será posible si participan a través de los medios en los actos del papa o de los obispos y rezan donde se encuentren, ya sea su casa, la capilla del hospital o en la cárcel.
En definitiva, aclara el Vaticano, “los fieles podrán conseguir la indulgencia jubilar si se dirigirán a visitar por un tiempo adecuado a los hermanos que se encuentran en necesidad o en dificultad”.
Para facilitar impartir la indulgencia, el Vaticano pide a los obispos ordinarios que concedan tal potestad a canónigos y curas, que deberán prestar “generosa disponibilidad y dedicación” para confesar a los fieles y programando “celebraciones penitenciales”.
El papa Francisco inaugurará dicha ceremonia el próximo 24 de diciembre con la apertura de la Puerta Santa de la basílica vaticana, y a lo largo del año, se espera la llegada de más de 30 millones de peregrinos a la ciudad.