RDÉ DIGITAL SANTO DOMINGO.- La pobreza monetaria en República Dominicana alcanzó una de sus cifras más bajas en años recientes. Según el Boletín Trimestral del Ministerio de Economía y la Oficina Nacional de Estadística, la tasa general cayó de 23.00 % en 2023 a 18.98 % en 2024, sacando a más de 413,000 personas de la condición de pobreza. Para el primer trimestre de 2025, la cifra descendió aún más, situándose en 18.05 %, aunque con menor intensidad: una baja de solo 0.85 puntos porcentuales en comparación interanual.
Esta reducción se atribuye principalmente al crecimiento económico, que aportó una disminución de 5.80 puntos a la pobreza. Sin embargo, este avance se vio contrarrestado parcialmente por un aumento en la desigualdad de ingresos (3.28 puntos) y por los efectos de la inflación (1.68 puntos), que continúan debilitando el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables.
Brechas Territoriales y de Género Persisten
Aunque las cifras muestran mejoras generales, las disparidades por residencia y género son notables. En el primer trimestre de 2025, la tasa de pobreza en zonas urbanas fue de 17.41 %, mientras que en áreas rurales alcanzó un 21.55 %. A pesar de haber disminuido 2.67 puntos porcentuales en las zonas rurales, la brecha estructural sigue evidenciando una mayor vulnerabilidad fuera de los centros urbanos.
En cuanto al género, los hombres experimentaron una mejora más pronunciada (de 18.23 % a 16.71 %), mientras que la tasa de pobreza en mujeres apenas bajó de 19.52 % a 19.33 %. Esta leve reducción amplió la brecha de género hasta 2.62 puntos porcentuales, subrayando las desventajas económicas que aún enfrentan las mujeres en el país.
Factores estructurales aún limitan el progreso.
La moderación en la caída de la pobreza durante el inicio de 2025, en comparación con la significativa reducción del último trimestre de 2024 (cuando cayó 2.72 puntos), refleja límites estructurales al impacto del crecimiento económico. Factores como la desigualdad de ingresos y la inflación continúan influyendo negativamente en la capacidad de los hogares pobres para sostener mejoras en su nivel de vida.
Los datos revelan que, si bien República Dominicana ha logrado avances importantes, las políticas públicas deberán enfocarse en reducir las desigualdades territoriales y de género, mejorar la distribución de ingresos y fortalecer la capacidad de resistencia de los hogares ante la inflación. La lucha contra la pobreza ya no depende solo del crecimiento económico, sino de cómo se distribuyen sus beneficios.