RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Aunque la colocación del árbol de Navidad es una costumbre muy extendida en los hogares, el nacimiento de Jesús sigue siendo uno de los momentos más emotivos y espirituales de la temporada navideña.
En muchas familias, el nacimiento se convierte en un acto de unión, en el que se reúne a los seres queridos para armar y decorar este símbolo de la fe cristiana.
Mientras que en algunos países se coloca el nacimiento al pie del árbol de Navidad, muchas familias optan por dedicarle un espacio propio y ampliarlo con gran imaginación.
En lugar de limitarse a las figuras tradicionales, como María, José, el niño Jesús, los pastores, ovejas y bueyes, algunos decoradores incorporan casitas, calles, personas y animales, creando una pequeña representación del pueblo de Belén. Estos belenes, como se les conoce en varias partes del mundo, se adornan con luces y detalles que dan vida a la escena, transformándola en un reflejo de la época navideña.
El origen y la evolución del nacimiento
La tradición del nacimiento se remonta al siglo XIII, cuando San Francisco de Asís, en 1223, creó el primer “nacimiento viviente” en Italia. Este montaje, que involucraba a personas reales y animales, fue una representación teatral que conmemoraba el nacimiento de Jesús.
Con el tiempo, estas representaciones pasaron a ser realizadas con figuras, y se cree que la primera figura de barro de un pesebre fue también originaria de Italia.
En algunos países de Latinoamérica, la tradición varía, pero una costumbre especial es colocar el nacimiento el 8 de diciembre, solo con las figuras de María, José y los pastores. Este gesto simboliza la espera del nacimiento del niño Jesús, que se celebra el 24 de diciembre.
Es en esa fecha cuando, según la tradición, se coloca al niño en el pesebre, representando su nacimiento en un acto de veneración y amor.
El verdadero propósito de colocar un nacimiento durante la Navidad es conmemorar el milagro del nacimiento de Jesús y la llegada de Dios al mundo en forma de hombre.
Este acto no solo es un tributo a la tradición religiosa, sino también un recordatorio de los valores de amor, paz y esperanza que la Navidad representa. Aunque las tradiciones varían, el nacimiento sigue siendo una de las costumbres más hermosas y significativas para muchas familias en todo el mundo.