RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS (EFE).- La multinacional farmacéutica AstraZeneca considera que el futuro de la investigación oncológica pasa por alejarse de una solución universal para los pacientes y por adelantarse a la resistencia al tratamiento antes de que tenga lugar, y en esa línea ha presentado dos ensayos clínicos en el principal congreso del sector.
Se trata de Serena-6 y de Matterhorn, cuyos resultados ven la luz este domingo en el encuentro anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, en inglés), que se celebra desde el pasado viernes y hasta el 3 de junio en Chicago (EE.UU.).
“Nos estamos alejando de la era de la solución universal hacia un punto en el que podemos superar los mecanismos de resistencia al cáncer antes de que se instalen. Y este es un elemento absolutamente crucial”, dijo en una rueda de prensa virtual Dave Fredrickson, vicepresidente ejecutivo de AstraZeneca en la unidad de negocio de oncología.
Serena-6, según sus palabras, “demuestra la capacidad de superar la resistencia antes de que se manifieste”, mientras Matterhorn refleja los aspectos cruciales de la combinación de múltiples modalidades, tanto antes como después de la cirugía.
Al tratar el cáncer de forma más temprana e inteligente con combinaciones de inmunoterapia, afirma en referencia a ese segundo ensayo clínico, se puede “marcar una diferencia transformadora para los pacientes”.
Serena-6 se define como el primer ensayo clínico de fase III que utiliza a gran escala una prueba de sangre de ADN tumoral circulante, o ctADN, para fundamentar las decisiones del tratamiento.
El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos recuerda que un ensayo en fase III se efectúa para probar si un tratamiento nuevo es seguro y funciona bien comparado con el estándar.
AstraZeneca administró su fármaco Camizestrant en pacientes con cáncer de mama con receptores hormonales positivos (HR+). HR+ significa que las células tumorales tienen receptores para las hormonas estrógeno o progesterona, que pueden promover el crecimiento de tumores HR+.
Los profesionales sanitarios recurrieron a ese medicamento antes de que hubiera señales de progresión. La farmacéutica detalla que los análisis de sangre rutinarios permiten identificar tumores “invisibles” a los escáneres tradicionales, lo que facilita adelantarse a la progresión del cáncer.
Con el uso de Camizestrant, según sus conclusiones, se redujo el riesgo de progresión o muerte en un 56 %. De media retrasó el avance del cáncer en 16 meses, comparado con los 9,2 meses del grupo de control.
Matterhorn, a su vez, se presenta como una nueva potencial opción para pacientes con cáncer gástrico, el que se origina en las células que revisten el estómago, y administró el fármaco Imfinzi tanto antes como después de la cirugía.
El riesgo de recurrencia en los enfermos tratados con ese enfoque se redujo en un 29 %. Ese medicamento, según AstraZeneca, no retrasó la operación ni el inicio de la terapia adyuvante o de seguimiento en comparación con el grupo placebo.
Para Fredrickson, los dos ensayos representan “una transformación fundamental en la forma en que se aborda el tratamiento del cáncer”.
“La intervención temprana es esencial para obtener resultados a largo plazo. Cuando el cáncer se detecta a tiempo y se identifica a tiempo el momento adecuado para modificar el tratamiento, tenemos la mejor oportunidad de prevenir la recurrencia y buscar la cura”, concluyó el directivo.