RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.– El gobierno dominicano enfrenta con urgencia el nuevo panorama comercial tras la entrada en vigencia, el pasado sábado, de los aranceles anunciados por el presidente estadounidense Donald Trump. La medida establece un gravamen del 10 % para productos importados desde República Dominicana, en el marco de una política proteccionista que afecta a más de 180 países y territorios, incluida la Unión Europea.
Desde que Trump declaró el 2 de abril como “el día de la liberación”, con el objetivo de fomentar la producción local, ha crecido la preocupación en diversas economías por el posible impacto en sus exportaciones. En algunos casos, los aranceles aumentan hasta el 20 % para productos europeos y hasta un 34 % para importaciones chinas.
El plan dominicano
Ante este escenario, el ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Víctor -Ito- Bisonó, anunció que espera recibir hoy un informe detallado sobre los productos nacionales que serán afectados. El análisis servirá de base para iniciar negociaciones formales con Washington, considerando también el alcance legal del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta).
“Vamos paso a paso, analizando cada diligencia que debemos realizar. “La Cancillería también está haciendo su parte”, declaró Bisonó. El funcionario confirmó que se ha reunido con representantes del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) y otros sectores productivos para evaluar el impacto directo.
Entre los productos más vulnerables se encuentran el azúcar, el tabaco y el café, pilares de las exportaciones agrícolas dominicanas. En total, se ha identificado una lista preliminar de 1,087 artículos de exportación que podrían verse comprometidos por los nuevos gravámenes.
Comercio e implicaciones legales
Durante el primer trimestre de 2025, la República Dominicana exportó más de US$3,166 millones, un incremento de US$343 millones respecto al mismo periodo de 2024. Las exportaciones hacia EE. UU. crecieron un 6.5 %, consolidando a ese país como el principal socio comercial dominicano.
En este contexto, la Cámara Americana de Comercio en República Dominicana considera que, si bien los aranceles representan un reto, los productos dominicanos podrían verse menos afectados que los provenientes de Asia, donde los gravámenes han sido más altos.
Bisonó cuestionó la equidad de la medida: “Pareciera injusto que una economía como la nuestra, que genera un superávit comercial superior a los 6,000 millones de dólares a favor de EE. UU., sea incluida en esta política, cuando el propio presidente Trump ha dicho que busca corregir desequilibrios comerciales”.
Por ello, el Gobierno dominicano también evalúa los fundamentos jurídicos del DR-Cafta, en busca de cláusulas que sustenten una solicitud de exención o modificación de la medida. Además de los argumentos económicos, se planea destacar el rol del país en la lucha regional contra el narcotráfico y el crimen organizado, temas de interés compartido con Washington.
Según Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, más de 50 países han solicitado dialogar con la administración Trump para revisar los aranceles. La República Dominicana busca sumarse a ese grupo lo antes posible, con una estrategia basada en datos, cooperación diplomática y fundamentos legales sólidos.
El objetivo es claro: proteger las exportaciones, salvaguardar el empleo nacional y preservar las relaciones comerciales con su principal mercado internacional.