RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.– Combatir la informalidad laboral será uno de los retos más importantes para la República Dominicana en 2025. Esta situación limita la generación de empleos de calidad y frena el desarrollo económico del país. Según el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), la ocupación informal alcanzó el 55.3 % en el tercer trimestre de 2024, apenas una mejora de 1.4 puntos porcentuales frente al 2023, cuando se situó en 56.7 %.
A pesar de que el empleo formal superó al informal con 2,421,852 empleos frente a 2,371,024, la informalidad crece al incluir los 219,789 trabajadores domésticos fuera del mercado formal.
El economista Haivanjoe Ng Cortiñas advierte que esta situación afecta a la política presupuestaria del Gobierno, que redujo el gasto social al 44 % del gasto total y el gasto de capital a un 12 %, dejando desprotegidas a las comunidades más vulnerables y empujándolas hacia la informalidad.
El economista Juan Ariel Jiménez enfatizó la necesidad de eliminar el anticipo y simplificar el sistema tributario para estimular el empleo formal. “Es vital facilitar el pago de impuestos, cumplir con la TSS y fomentar políticas de desarrollo productivo, aprovechando oportunidades como el nearshoring y atrayendo inversión extranjera directa para generar empleos formales y de calidad”, destacó.
Además, señaló que los empleos formales creados en los últimos años provienen, en su mayoría, del sector público, lo que subraya la necesidad de incentivar el empleo formal en los sectores productivos.
Informales vinculados a empresas formales
El BCRD identificó a 428,303 trabajadores informales que brindan servicios a empresas formalizadas, representando el 8.5 % de la población ocupada, un aumento de tres puntos porcentuales respecto al tercer trimestre de 2023.
Reformas sin depender de lo fiscal
Ambos expertos coinciden en que el Gobierno puede impulsar la formalización laboral sin necesidad de una reforma fiscal, a través de medidas como mejorar el clima de negocios y atraer inversiones. Sin embargo, Ng Cortiñas se muestra escéptico, afirmando que el presupuesto actual carece de políticas que fortalezcan el gasto social, la inversión pública y el desarrollo geográfico, elementos esenciales para reducir la informalidad.