RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- La República Dominicana se encuentra entre los países con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) o el Impuesto sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) más altos de América Latina y el Caribe (ALC), con una tasa del 18 %, de acuerdo con un informe de la consultora global Price Waterhouse Coopers (PwC).
A nivel regional, Brasil lidera la lista con un IVA del 27 %, seguido de Uruguay (22 %), Argentina (21 %) y Colombia y Chile (19 %). República Dominicana comparte la tasa del 18 % con Perú, mientras que otros países como Venezuela y México registran un 16 %, y Jamaica, Nicaragua y Ecuador mantienen un 15 %.
El IVA en República Dominicana y su impacto en la economía
La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) describe el ITBIS como un impuesto al consumo aplicado a la transferencia e importación de bienes industrializados y a la prestación de servicios. Este tributo afecta a personas físicas, negocios de único dueño y empresas, tanto nacionales como extranjeras, que realicen actividades gravadas.
También incluye a empresas públicas y privadas, que están obligadas a retener el ITBIS en servicios prestados por personas físicas, así como en contratos de alquiler de bienes muebles.
El ITBIS es una fuente significativa de ingresos para el gobierno dominicano, pero plantea desafíos para la economía y el poder adquisitivo de los consumidores, especialmente en un contexto donde los precios de bienes y servicios impactan de manera directa en los hogares.
Comparativa regional
En términos de complejidad, PwC señala que el sistema del IVA en ALC es uno de los más difíciles de administrar, compuesto por tres tipos principales de impuestos indirectos: sobre ventas, productos especiales y servicios.
En Brasil, el IVA tiene un carácter estatal, lo que permite a cada región emitir sus propias legislaciones, generando variaciones significativas en su implementación. Por su parte, en República Dominicana, el ITBIS mantiene un lineamiento nacional uniforme, aunque su alta tasa lo posiciona entre los más elevados de la región, igualando a países como Perú y superando a México y Centroamérica.
Este informe destaca la necesidad de evaluar los sistemas tributarios en la región, incluyendo posibles reformas que impulsen la competitividad sin comprometer los ingresos fiscales necesarios para sostener las economías nacionales.