RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- República Dominicana y Haití son países que comparten la misma isla, pero presentan realidades económicas y estadísticas muy diferentes, aunque su historia está entrelazada en muchos aspectos. Mientras que en el lado oriental se encuentra uno de los países con mayor crecimiento económico en América Latina y el Caribe, al occidente está la nación más empobrecida de la región.
Una muestra evidente de esta disparidad es que, desde el punto de vista económico, el territorio de Haití cabe más de cinco veces dentro del de República Dominicana. Este hecho se analiza considerando factores como el crecimiento del producto interno bruto (PIB), el índice de desempleo, las exportaciones y los sectores principales que impulsan ambas economías, incluyendo la llegada de remesas.
Sin embargo, evaluar únicamente estos indicadores proporciona una visión superficial de la realidad de ambos países. Para alcanzar niveles de desarrollo similares a los de República Dominicana o mejorar la situación de Haití, deben considerarse otros aspectos.
El portal Our World In Data señala que la pobreza, la prosperidad y el crecimiento se suelen medir principalmente en términos monetarios, como los ingresos de las personas. Aunque estas medidas tienen ventajas, también presentan desventajas, siendo la principal su abstractividad.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) agrega que el crecimiento económico es crucial para reducir la pobreza y mejorar los niveles de vida, pero para que sea sostenible e inclusivo, sus beneficios deben llegar a toda la población.
En este contexto, entran en juego variables como la capacidad productiva, la estabilidad política y social, la institucionalidad, la democracia, los niveles de pobreza y desigualdad, y los indicadores medioambientales. Miguel Collado Di Franco, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees), añade la importancia de la funcionalidad de las instituciones y la protección de los derechos fundamentales de las personas, como el derecho a la vida y a la propiedad.
Algunos de estos factores son cruciales para atraer inversión extranjera directa y crear un ambiente propicio para los negocios, aspectos que influyen en otros sectores de la economía de un país.
Haití enfrenta actualmente una de las crisis más severas de su historia reciente, con una crisis política, humanitaria y de seguridad que ha dejado inoperantes a todas las ramas del gobierno. Por otro lado, República Dominicana ha mantenido una mayor estabilidad política en el mismo período, lo que refleja la importancia de esta variable.
La estabilidad social es esencial para el desarrollo económico. Sin embargo, Haití ha experimentado un deterioro en su índice de democracia desde 2006, mientras que República Dominicana ha mostrado una tendencia más estable en este aspecto.
La situación económica también influye en el desarrollo social. Mientras Haití ha enfrentado desafíos como la eliminación de subsidios a los combustibles, lo que generó protestas y una crisis política y económica, República Dominicana ha tenido que lidiar con problemas como la corrupción y la inseguridad jurídica.
En términos de desigualdad, República Dominicana ha mostrado un coeficiente de Gini más bajo en comparación con Haití, lo que indica una distribución de ingresos más equitativa en el país. Sin embargo, ambos países enfrentan desafíos significativos en este aspecto.
Los indicadores macroeconómicos también reflejan diferencias marcadas entre ambos países. Mientras República Dominicana ha mostrado un crecimiento económico sostenido, Haití ha experimentado contracciones en su PIB en los últimos años, lo que lo coloca como uno de los países más pobres del continente.
En resumen, aunque República Dominicana y Haití comparten la misma isla, presentan realidades económicas y sociales muy divergentes, lo que resalta la importancia de abordar las causas subyacentes de estas disparidades para lograr un desarrollo más equitativo en la región.
