RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Representantes de República Dominicana, Guyana Francesa, Cuba, Haití, Puerto Rico, Honduras y Guatemala propusieron la firma de un convenio regional para mapear y gestionar de manera sostenible los maritorios del Gran Caribe.
La propuesta surgió durante el Foro Bicentenario por Reparaciones Afrodescendientes, realizado en Santo Domingo, donde también se llevó a cabo el primer taller de cartografía de maritorios desde la perspectiva de los pueblos afrodescendientes. Este encuentro abordó la necesidad de identificar y caracterizar los maritorios, espacios marítimos esenciales para la vida cultural, histórica y económica de las comunidades afrodescendientes en la región.
“Lo que comenzó como un ejercicio de contextualización sobre el mapeo de territorios afrodescendientes en el continente derivó en un llamado urgente a mapear los maritorios del Gran Caribe”, explicó Darío Solano, coordinador de la RedAfros y uno de los organizadores del foro.
Durante las jornadas, los participantes construyeron mapas colectivos que reflejan las rutas marítimas y los espacios comunes utilizados históricamente por las comunidades afrodescendientes. Estas representaciones refuerzan la noción de los maritorios como recursos compartidos que demandan una gestión adaptativa e inclusiva, basada en el conocimiento local.
Los participantes también alertaron sobre las amenazas que enfrentan los ecosistemas marinos del Caribe, como los arrecifes de coral, los manglares y los pastos marinos, debido al cambio climático y actividades humanas insostenibles. Estas áreas son fundamentales para la pesca, la protección frente a desastres naturales y la preservación de prácticas culturales.
“La pérdida de biodiversidad no solo afecta a los ecosistemas, sino que vulnera directamente a los pueblos afrodescendientes, quienes dependen de estos recursos para su sustento y sus tradiciones”, señaló Solano.
Una cartografía inclusiva permitiría identificar riesgos y proponer estrategias para mitigar el impacto ambiental, mientras se fortalecen las capacidades de las comunidades para adaptarse a los desafíos globales.