RDÉ DIGITAL, LA HAYA.- Científicos podrían haber descubierto el misterio detrás de la fama del retrato “La Joven de la Perla”, de Johannes Vermeer, al medir su impacto en el cerebro humano. El Museo Mauritshuis de La Haya, hogar de la obra, encargó a neurocientíficos analizar la actividad cerebral de quienes observan el cuadro, junto a otras piezas exhibidas.
Los resultados revelaron que la pintura genera un “bucle atencional sostenido”, en el que el espectador primero se enfoca en el ojo de la joven, luego en su boca, y finalmente en la perla, antes de regresar al ojo. Martin De Munnik, de la sociedad Neurensics, explicó que este fenómeno mantiene la atención del espectador durante más tiempo que con otras pinturas.
Además, midiendo la actividad cerebral, se observó una fuerte estimulación del precúneo, una región del cerebro relacionada con la conciencia y la identidad. De Munnik declaró que, aunque ya sospechaban que la pintura era especial, el “porqué” sorprendió a los investigadores.
El estudio, el primero de su tipo en utilizar electroencefalogramas (EEG) y resonancias magnéticas (IRM) para medir reacciones neurológicas ante una obra de arte, también reveló que la emoción al ver el cuadro original en el museo es diez veces más intensa que al observar una reproducción.
Martine Gosselink, directora del Mauritshuis, señaló que estos descubrimientos resaltan la importancia de contemplar obras originales en museos. “El cerebro no miente”, afirmó, destacando la diferencia entre “La Joven de la Perla” y otras obras de Vermeer, debido a sus tres puntos de enfoque: el ojo, la boca y la perla.
Finalmente, De Munnik sugirió que estudios similares podrían realizarse con otras obras famosas, como “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci.
