RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Agricultores y organizaciones ambientales manifestaron su creciente preocupación ante el deterioro progresivo del río Nizao, afectado por la deforestación y la extracción indiscriminada de materiales.
Las fundaciones Mundo Verde y Ocoa de Pie denunciaron que, a pesar de haber vencido el permiso ambiental concedido para estas actividades, las operaciones continúan en la zona de Los Quemados, presuntamente a cargo de la compañía J.M., S.A.
El permiso fue otorgado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) para la extracción de material no metálico en el río Nizao, a la altura del municipio de Rancho Arriba. Según la resolución oficial emitida el 1 de noviembre de 2024, el permiso tenía una vigencia de 90 días, por lo que expiró en febrero de este año.
Durante un reciente recorrido por Los Quemados, Ignacio Joga Isa, presidente de la Fundación Mundo Verde y de Óptica Almánzar, afirmó haber observado camiones transportando materiales extraídos del afluente hacia distintos puntos. A su juicio, esta actividad no solo incumple con la resolución vencida, sino que también acelera la degradación ambiental del río.
Joga Isa anunció que interpondrá un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y el Tribunal Superior Administrativo, luego de que la acción fuera rechazada previamente por el tribunal de San José de Ocoa. “Esto lo hacemos porque tenemos la misión de garantizar a las familias dominicanas salud, alimentación y vida”, expresó.
En respuesta a señalamientos del alcalde Alcedo de los Santos, Joga Isa negó estar en contra de las obras comunitarias. Sostuvo que las frecuentes inundaciones en Rancho Arriba y sus alrededores no se deben a la construcción de gaviones y paredes de protección, sino a la deforestación y la continua extracción de materiales en zonas montañosas como Mahoma, Quita Pena y Quita Sueño.
El presidente de Mundo Verde criticó la pasividad de las autoridades ante esta situación, al afirmar que “la depredación en las altas montañas se produce ante sus mismas narices” y que las instituciones competentes evitan tomar medidas firmes para frenar el deterioro ambiental.
Mientras tanto, el río Nizao sigue disminuyendo su caudal, generando inquietud entre los agricultores que dependen de sus aguas para el riego y el sustento de sus familias.