Por Jeimy Moquete
RDÉ DIGITAL, GUAYANA FRANCESA.- Biomass, la nueva misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) que despega mañana desde Kurú, proporcionará estimaciones más precisas sobre la cantidad de carbono que almacenan los bosques y mejorará el conocimiento sobre cómo estos están cambiando.
El lanzamiento, a bordo de un cohete Vega C desde el puerto espacial europeo de Kurú, en la Guayana Francesa, está previsto a las 06:15 hora local (09:15 GMT).
Biomass es el primer satélite equipado con un radar de apertura sintética que opera en banda P, lo que le permite penetrar a través de las densas copas de los bosques.
De esta manera, medirá la altura y la biomasa aérea de los árboles (troncos, ramas y tallos leñosos), que es donde guardan la mayor parte del carbono; se calcula que el 50 % del peso de estos es carbono.
La medida de la biomasa forestal puede usarse como indicador del carbono almacenado, cuya cuantificación es el principal objetivo de la misión.
El objetivo científico último es “mejorar nuestra comprensión” del papel de los bosques en el ciclo global de carbono, cuánto CO₂ absorben de la atmósfera y convierten en masa leñosa y cuánto devuelven debido a la deforestación y la degradación, señaló a EFE el director de la misión Biomass, Klaus Scipal.
Casi un tercio de la superficie terrestre está cubierta por bosques, que cada año absorben unos 8,000 millones de toneladas de CO₂.
Los tropicales, que representan el 45 % del total, almacenan la mayor parte de la biomasa, es en ellos -detalló- “donde se observan los mayores cambios y de los que tenemos menos información”.
Scipal indicó que esperan que las observaciones de esta misión “reduzcan las grandes incertidumbres que tenemos hoy en día en el ámbito terrestre del ciclo de carbono”.
Métodos de medición
Los métodos de medición de la biomasa actuales no dan suficientes datos sobre la densidad de bosques muy frondosos, como los tropicales. Esta misión “introduce una capacidad de observación más precisa”, para poder hacer una predicción de cuánto carbono estarían acumulando, explicó a EFE el director de operaciones de vuelo de Biomass, José Morales.
Esta es la séptima misión del programa Exploradores de la Tierra de la ESA y durante sus más de cinco años de vida prevista en órbita tendrá dos fases, según Morales.
En la primera, de 18 meses, usará una técnica de tomografía para crear un mapa 3D de la estructura de los bosques; la segunda, en la que realizará cinco mapas globales, permitirá estimar la altura y la biomasa por encima del suelo.
Durante sus observaciones, presenciará, al menos, ocho ciclos de crecimiento en los bosques del mundo y podrá observar los cambios.
Estos mapas, “ayudarán a los científicos a comprender las propiedades estructurales de los bosques, especialmente de los tropicales, y cómo cambian con el tiempo”, agregó Scipal.
Impacto en glaciares
Aunque su objetivo primordial sean los bosques, el satélite también medirá la velocidad de los glaciares y las capas de hielo. Además, gracias a su capacidad de penetrar hasta cinco metros a través de la arena seca, podrá cartografiar elementos como antiguos cauces de ríos y lagos, lo que permitirá -afirmó- “una visión completamente nueva de nuestra Tierra”.
Todo ello, gracias a su radar de apertura sintética en banda P, con una antena con forma de paraguas y doce metros de diámetro, que se desplegará a lo largo de varias jornadas, en una operación que Morales describió como “un ejercicio de malabarismo”, pues debe abrirse varilla por varilla.
En el desarrollo de la misión han colaborado, durante nueve años, 20 países europeos, Canadá y Estados Unidos. El principal contratista, Airbus Reino Unido, ha liderado un consorcio de más de 80 empresas con la partición de españolas como Airbus en Tres Cantos, el grupo Sener, GMV y Deimos.