RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes un decreto que eleva del 25 % al 50 % los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, en una medida que refuerza su política comercial proteccionista y busca fortalecer industrias consideradas “estratégicas para la seguridad nacional”.
La nueva normativa, que entra en vigor este miércoles a las 00:01 (hora local), forma parte de una serie de acciones impulsadas por la Casa Blanca desde el regreso de Trump al poder en enero de 2025.
En su segundo mandato, el mandatario ha endurecido su postura comercial tanto con países aliados como con competidores económicos, generando nuevas tensiones en el sistema multilateral de comercio.
Según el decreto, el aumento de tarifas busca “combatir con mayor eficacia a los países que continúan descargando excedentes de acero y aluminio a bajo precio en Estados Unidos”, una práctica que Washington considera desleal y perjudicial para su base industrial.
El documento también sostiene que la medida es necesaria para “eliminar la amenaza a la seguridad nacional que representan estas importaciones”.
Impacto en el comercio internacional y respuesta de aliados
Estados Unidos importa aproximadamente la mitad del acero y aluminio que consume, siendo Canadá su mayor proveedor en ambos rubros.
Le siguen Brasil y México en acero, mientras que Argentina ocupa el sexto lugar como proveedor de aluminio.
La decisión ha generado preocupación en varios socios comerciales. Canadá, por ejemplo, ya había presentado una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) el pasado 13 de marzo, tras la primera ronda de aranceles.
En su argumento, Ottawa sostiene que las medidas estadounidenses violan los compromisos adquiridos por EE. UU. en el marco de las reglas internacionales.
Contexto político y económico
El anuncio formal se produjo durante una visita de Trump a una planta de US Steel en Pensilvania, estado clave en las elecciones y bastión de la industria siderúrgica.
“Nadie podrá robarles su industria”, afirmó el presidente en ese evento, subrayando su apuesta por revitalizar la producción nacional frente a la competencia extranjera.
La decisión podría tener efectos inmediatos en sectores como la construcción y la industria automotriz, que dependen de estos insumos, así como en las relaciones con países vecinos y aliados estratégicos.
Economistas advierten que el alza de aranceles podría generar un aumento de costos para los fabricantes estadounidenses y reavivar represalias comerciales.
Con este movimiento, la administración Trump reafirma su doctrina de “América Primero” y su disposición a reconfigurar el orden comercial global, incluso a costa de choques con organismos internacionales y aliados históricos.
