RDÉ DIGITAL, ESTADOS UNIDOS.– El Gobierno del presidente Donald Trump ha decidido suspender temporalmente parte de su campaña de redadas migratorias, específicamente aquellas dirigidas a centros de trabajo en sectores como la agricultura, la acuicultura, los restaurantes y la hostelería, según reportó este viernes The New York Times.
La medida, confirmada por funcionarios estadounidenses y un correo interno al que accedió el citado medio, responde tanto a presiones internas como a preocupaciones sobre los efectos económicos y políticos de estas acciones, especialmente en estados con fuerte dependencia de la mano de obra inmigrante.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) recibió instrucciones de pausar las investigaciones y operaciones de cumplimiento de la ley en espacios laborales relacionados con la producción alimentaria y el turismo.
Estas áreas, altamente dependientes de trabajadores inmigrantes, documentados o no, han expresado creciente inquietud por la escasez de personal que las redadas estarían provocando.
La industria agrícola, en particular, ha mostrado señales de tensión, especialmente en estados como California, donde las operaciones de ICE se han intensificado en los últimos meses.
Preocupación política
La decisión también tiene una dimensión política. De acuerdo con el Times, en la Casa Blanca existe preocupación por el posible desgaste electoral en distritos donde estas industrias son vitales y que resultan clave en las elecciones legislativas de 2026.
Aunque Trump ha mantenido una línea dura sobre la inmigración desde su regreso a la presidencia en enero, esta pausa parcial sugiere una calibración de su estrategia ante la resistencia social y las consecuencias económicas imprevistas.
En un comunicado, Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, señaló que seguirán “cumpliendo las instrucciones del presidente” y centrándose en sacar “a los peores delincuentes extranjeros ilegales de las calles de Estados Unidos”.
Protestas y tensiones por las redadas
La medida se produce después de más de una semana de protestas en ciudades como Los Ángeles, donde miles de personas se han manifestado contra lo que consideran un enfoque desproporcionado y dañino de la política migratoria.
Activistas, sindicatos y organizaciones civiles han denunciado el impacto humano y económico de las redadas masivas, especialmente en comunidades ya vulnerables.
Trump había ordenado recientemente a ICE que aumentara a 3,000 los arrestos diarios como parte de su estrategia de control migratorio.
Sin embargo, el efecto colateral en industrias clave parece haber motivado esta consideración parcial.
La suspensión de las redadas no implica un cambio general en la política migratoria del Ejecutivo, sino una pausa estratégica en sectores específicos.
El futuro de estas operaciones dependerá en gran medida del impacto político de la medida, así como del desarrollo de las tensiones entre los intereses económicos, las posturas ideológicas del Gobierno y las presiones sociales.
Por el momento, la administración continúa apostando por una retórica firme en materia migratoria, aunque con ajustes tácticos para minimizar el costo político y económico.