RDÉ DIGITAL, VENEZUELA (EFE).- Venezuela cerró este viernes su frontera terrestre con Colombia y suspendió los vuelos entre ambos países, en una medida que, según el gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, responde a una presunta “conspiración internacional” para desestabilizar el país antes de la toma de posesión presidencial.
El cierre comenzó a las 5:00 a.m. (hora local) y se extenderá hasta el lunes, afectando el tránsito en una región donde millones de personas dependen del flujo fronterizo. “Garantizaremos la tranquilidad y la paz del pueblo tachirense bajo cualquier circunstancia”, declaró Bernal en un mensaje difundido por redes sociales, pidiendo comprensión a quienes habitualmente cruzan la frontera por motivos comerciales o personales.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Colombia confirmó la notificación oficial del cierre fronterizo y del espacio aéreo venezolano, aunque insistió en que del lado colombiano la frontera permanecerá abierta.
Este movimiento se produce en un contexto de creciente tensión política tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, en las que Nicolás Maduro fue proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral. Sin embargo, el opositor Edmundo González Urrutia asegura haber triunfado, según actas que afirma tener en su poder, y mantiene su intención de asumir el cargo presidencial.
A pesar de estas medidas, las autoridades migratorias colombianas señalaron que no se han registrado movimientos significativos en los pasos fronterizos que puedan indicar un flujo masivo de migrantes, como ocurrió en crisis previas.
La frontera de 2.219 kilómetros entre Colombia y Venezuela conecta a siete departamentos colombianos con cuatro estados venezolanos y es hogar de unos 12 millones de personas. El cierre genera incertidumbre en la región, tradicionalmente marcada por un intenso intercambio económico y social.
La toma de posesión de Nicolás Maduro está programada para este viernes, mientras que la oposición venezolana y una parte de la comunidad internacional continúan cuestionando la legitimidad del proceso electoral.