RDÉ DIGITAL, (EFE).- Según un estudio publicado en la revista Nature Geoscience, el 69 % de las aguas superficiales y subterráneas del planeta están contaminadas por sustancias químicas persistentes, lo que representa un riesgo potencial para la salud y el medio ambiente.
Este estudio, realizado por universidades australianas y estadounidenses, proporciona la primera visión global de la magnitud de la contaminación por PFAS en el suministro de agua, basándose en datos recopilados durante los últimos 20 años.
Los PFAS son un grupo de 14.000 sustancias químicas que se utilizan en una amplia gama de productos de uso diario, desde sartenes antiadherentes hasta cosméticos y envases alimentarios. Son conocidos como químicos persistentes porque una vez liberados en el ambiente o el cuerpo humano, tienden a permanecer allí indefinidamente.
Según los resultados del estudio, el 69 % de las muestras de agua analizadas superaron los criterios de seguridad para el agua potable establecidos por el regulador canadiense, mientras que el 32 % superó los estándares menos exigentes de Estados Unidos.
Los investigadores destacaron que las concentraciones más altas de PFAS se encontraron en embalses de Australia, especialmente en áreas donde se habían utilizado espumas contra incendios en el pasado.
Aunque las plantas de tratamiento de agua están diseñadas para reducir la cantidad de sustancias químicas en el agua, no todos los proveedores de agua miden rutinariamente los niveles de PFAS, lo que plantea preocupaciones sobre la seguridad del suministro de agua potable.
Se ha relacionado el PFAS con una serie de problemas de salud, desde el menor peso al nacer hasta enfermedades tiroideas y cánceres diversos. La OMS declaró el PFOA, un tipo de PFAS, como un carcinógeno humano en 2023.
Ante esta situación, los investigadores instan a los fabricantes y consumidores a ser cautelosos en el uso de productos que contienen PFAS y están trabajando en el desarrollo de tecnologías para degradar estas sustancias en los sistemas de agua potable.
