RDÉ DIGITAL , SANTO DOMINGO.- Desde que inició el Gobierno del presidente Luis Abinader han sido pocas las sesiones de los legisladores en que no se haya tomado un préstamo, los cuales son dirigidos a distintos destinos.
Cada vez que se anuncia que en cualquiera de ambas Cámaras se aprueba o se conoce algún préstamo, de inmediato se siente un sabor amargo o negativo entre la oposición política o en el seno de la sociedad misma.
El Gobierno del presidente Abinader ha remitido al Congreso Nacional unos 46 contratos de préstamos por diferentes móntos y con distintas finalidades, 43 de ellos, por un monto global de USD6,345,019,204.00.
Y es que cada uno de los préstamos tomados tiene una finalidad: una obra, un proyecto a iniciar, apoyo a microempresarios, vacunas, viviendas, entre otros, lo cual consta en la documentación requerida y necesaria para tomarlo y desembolsar por parte de instituciones financieras y crediticias internacionales, y son “muy exigentes”.
Proyectos como la presa de Monte Grande, en el que el BCIE ha desembolsado la cifra de US$249,600,000 millones, informó ayer la presidente Gisela Sánchez, y la contrapartida del Gobierno dominicano superó los US$200,000,000 millones, nos llevan a pensar que los préstamos para dicha obra continuarán, pues aún falta construir obras complementarias que concluirán en tres años.
El gobierno que surja de las urnas en las elecciones presidenciales de mayo de este año en curso, sea de la oposición o la reelección del presidente Luis Abinader, estará obligado a continuar solicitando préstamos para terminar dicha obra.
“Hablar de préstamos y endeudamientos tiende a llevar a una connotación negativa. Y si a eso le agregamos cifras de millones de dólares capaces de impactar a un país, toda una sociedad se puede alarmar”, así publica el Listín Diario un trabajo exclusivo sobre la toma de préstamos por parte del gobierno dominicano.
La publicación del diario, con el título “Préstamos gubernamentales en RD: Más allá de cifras millonarias, ¿cuál es su impacto real?” sostiene que más allá de las grandes cifras, cada préstamo tomado tiene una finalidad por la cual es solicitado.
Las críticas y cuestionamientos que surgen desde la oposición política, así como de varios sectores de la sociedad civil y el pueblo mismo no se hacen esperar. Sostiene que, sin embargo, los empréstitos solicitados tienen una finalidad que suelen ser obviadas por altos números.
Obras como la línea 2C del Metro de Santo Domingo, la presa de Monte Grande, el Puerto Manzanillo y las vacunas del Covid-19 fueron algunas de las razones por las cuales el gobierno ha acordado convenios de crédito con entidades financieras internacionales.
Hacer frente a problemas como el acceso al agua y electricidad, apoyo presupuestario, construcción de obras y otras inversiones, son parte de las razones por las cuales llevan al gobierno a tomar préstamos.
“Tomar un préstamo a nivel de gobierno, o de Estado, puede ser comparado como la necesidad que tiene una familia de llegar a fin de mes o de querer adquirir una casa. No tienen el capital para hacerlo, pero sus ingresos le permitirán, en un corto o largo plazo, poder solventar esa deuda tomada”, coinciden varios economistas consultados.
Y es que más allá de los ingresos que puede tener el país, los gastos suelen superarlos, creando un déficit, el cual tiene décadas, por lo que diferentes gobiernos han tenido que verse en la necesidad de, para construir obras y llevar a cabo proyectos, recurrir a financiamientos extranjeros que permitan su desarrollo.