RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Este domingo 18 de febrero, los dominicanos participarán en las elecciones municipales, marcando el inicio de un ciclo electoral que culminará el 19 de mayo. En esa fecha se elegirá al presidente de la República, con una segunda vuelta el 30 de junio, junto con diputados y senadores para el periodo 2024-2028.
Sobre la influencia de la economía en las elecciones, desde la teoría de la elección pública hasta el efecto político en el presupuesto nacional. Más allá de estas teorías, la economía emerge como un factor clave, especialmente en contextos donde las instituciones son débiles y la información de los electores es limitada.
En este ámbito , se destaca la macroeconomía, centrada en variables agregadas que captan la atención de economistas, políticos y empresarios. Sin embargo, la economía de las personas, la microeconomía, se pierde en este enfoque general. La microeconomía es relevante para la población, ya que se relaciona directamente con sus ingresos y capacidad para cubrir gastos diarios.
Las reservas internacionales y el PIB del 2023 son datos macroeconómicos que, aunque importantes, no reflejan las preocupaciones de la población. Para la mayoría, lo esencial es si el tipo de cambio afecta el costo de vida. En este sentido, la pérdida del 2.2% en el valor del peso dominicano frente al dólar preocupa, ya que se traduce en un aumento de los precios de alimentos básicos.
A pesar de que la macroeconomía informa un crecimiento del 2.4% en el PIB del 2023, la realidad es que el 85% de la población no puede cubrir el costo de la canasta básica mensual de RD $44,927. Los ingresos familiares son insuficientes, y la percepción de la economía se aleja de los datos macroeconómicos.
La tasa de inflación del 3.32% según el Banco Central contrasta con la experiencia de la población. Los productos de primera necesidad han experimentado aumentos significativos: azúcar (22.0%), arroz (10.7%), cebolla (9.6%), y salami (9.0%) en el último año. La deuda pública, aunque con cifras alentadoras para el gobierno, no refleja la realidad de los ciudadanos, quienes sienten el peso de las obligaciones financieras.
La reducción anunciada en la deuda pública no consolidada a un 45.6% del PIB no compensa el hecho de que la deuda total sea la más alta en la historia del país, alcanzando los US $54,828.8 millones. Los ciudadanos, sin haber contraído préstamos, sienten el impacto en sus bolsillos y cuestionan la ausencia de obras que respalden ese endeudamiento.
El discurso gubernamental sobre la eficiencia del gasto contrasta con la realidad de los ciudadanos, quienes experimentan una disminución de RD $4,031 en sus ingresos desde diciembre. La percepción de un cambio sin mejoras evidentes afecta la confianza en las autoridades.
La tasa de interés bancaria, aunque explicada por la política monetaria, preocupa a quienes buscan préstamos. El aumento del 5.25% en la tasa de interés activa promedio ponderado en 2024 crea una carga adicional para quienes buscan financiamiento.
En conclusión, la conexión entre economía y elecciones es innegable. La población, afectada por la realidad económica adversa, podría expresar su descontento en las elecciones del 18 de febrero, utilizando el voto económico como forma de castigo a aquellos a quienes responsabilizan de su situación degradada.
