julio 3, 2025
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"No hay ciencia que diga que el dominicano no puede innovar", afirma científico

RDÉ DIGITAL, SANTO DOMINGO.- Según Fabrice Piazza, el desarrollo de la cultura científica en la República Dominicana sigue siendo un proceso de construcción. No obstante, hay iniciativas, como la que encabeza, que evidencian la capacidad del Dominicano para innovar y producir bienes que podrían tener un impacto en sectores como los microchips, que son esenciales en casi todos los dispositivos electrónicos.

Actualmente, el Laboratorio de Nanociencia de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en Santiago está trabajando en un proyecto que busca optimizar los microchips, sustituyendo algunos componentes actualmente utilizados en su fabricación con un nanomaterial de carbono creado en la universidad llamado Diamante 2D.

Piazza afirma que lo que más le motiva al proyecto es que “es algo significativo: queremos demostrar que a través de un proyecto de ciencias básicas podemos obtener un resultado que genere recursos, para motivar el interés en la formación e investigación científica”. Creo que sería un catalizador muy importante para que las personas se involucren en eso.

El experto informó a Diario Libre que la iniciativa relacionada con el Diamante 2D, sustancia que cuenta con una patente aprobada por Japón, Taiwán, República Dominicana y la Unión Europea, surge en un momento en el que existe una demanda significativa de microchips, la cual se incrementará aún más con el desarrollo de la inteligencia artificial.

“Los microchips son como cerebros; las neuronas serían los transistores, que son muy requeridos en los microchips para tener más potencia e ir más rápido. La industria se ha enfrentado a un enorme problema que es cómo fluye la electricidad”, explicó el físico.

“A medida que los transistores han tenido que reducir su tamaño, también esos alambres que conectan los transistores deben ser más pequeños. Hay un problema porque cuando uno reduce el diámetro de esos alambres a nivel nano se aumenta la resistencia. Eso significa que no conduce correctamente la electricidad”, detalló.

La industria no puede aumentar la velocidad de los microchips debido a este problema. En la actualidad, el obstáculo tecnológico no radica en reducir el tamaño del transistor, sino en la resistencia que poseemos. “Proponemos disminuir la resistencia”, afirmó.

El líder de la investigación señaló otro problema relacionado con el calor: “Mientras más dispositivos tienes en una pequeña superficie, tienes más calor; hay que eliminar el calor que se produce por energía eléctrica. Esos dos elementos (calor y resistencia) limitan la rapidez”.

Para ganar tres o cuatro nanómetros (espacio) para el cobre, que ayudará a reducir la resistencia, propone sustituir varios elementos con el nanomaterial. Piazza explicó que el diamante, además de ser un buen conductor del calor, no requeriría una capa para adherir el cobre al diamante, como se hace actualmente con otros materiales.

Piazza menciona casos como el del gobierno de Estados Unidos, a través de la Armada y la Fuerza Aérea, que desarrollarán una iniciativa con posibles aplicaciones para aviones durante tres años, ya que el Diamante 2D ha llamado la atención de importantes entidades con las que los desarrolladores del proyecto colaboran.

“Estamos trabajando en un estudio con un proyecto que inició en octubre y que patrocinó el Navy y el Air Force de Estados Unidos. Ellos quieren estudiar la interfaz entre el cobre y el material para eventualmente mejorar el intercambio de calor en dispositivos electrónicos de alta temperatura y alta potencia”, sostuvo.

“Tenemos otro proyecto financiado por el Mescyt y que está vinculado a propiedades físicas del material y cómo aísla el calor y desde el punto de vista eléctrico”, añadió.

El desarrollo de magnetómetros ultrasensibles, o sensores que detectan campos magnéticos, es otro proyecto en el que trabajan con Mescyt. La intención es utilizar dispositivos para detectar campos magnéticos terrestres, lo que me permitiría viajar en el espacio sin depender de un satélite.

Piazza dijo que el nanomaterial de carbono, que también incluye gases de alta pureza como argón, metano e hidrógeno, podría servir como base para crear nanorobots que se pueden inyectar en el cuerpo humano para propósitos médicos. “Es un biosensor que estamos desarrollando con los franceses. Es otra aplicación muy importante, pero por el momento nos estamos enfocando en la industria de los semiconductores”, señaló.

Piazza afirmó que compañías como Intel, Samsung y Texas Instruments se han acercado para conocer la iniciativa, y agregó que estas conversaciones han producido algunas discrepancias.

“Tuvimos un problema con la propiedad intelectual porque querían financiarnos una licencia de propiedad intelectual sin costo. Explicó: “Queremos desarrollar nuestra tecnología para volver a la mesa de negociación y licenciarla”.

Según Fabrice Piazza, el programa de investigación data del año 2007. Después de presentar nueve proyectos, el Estado ha invertido alrededor de 80 millones de pesos a través del Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondocyt), pero se indicó que se requieren más recursos para llevar a cabo todas las etapas de la investigación.

“La idea es conseguir los recursos para poder producir un prototipo de un centímetro cuadrado en un laboratorio. Tenemos dificultades porque hay recursos que nos hacen falta”, sostuvo el científico, quien agregó que el proyecto requiere una inversión adicional de unos 26 millones de pesos.

“Hay etapas que tenemos que realizar en el extranjero. Hemos perdido mucho tiempo, es un poco frustrante porque somos los únicos en hacer el material y hemos sido frenados por un aspecto meramente de ingeniería”, expresó.

Según el creador del proyecto, si se logra potenciar el nanomaterial a escala industrial, el beneficio económico para el país sería significativo. Debido a que es un producto del Fondocyt, un porcentaje se destinaría al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt).

Piazza informó que además de contar con colaboradores franceses, los jóvenes estudiantes de la PUCMM están involucrados en el proyecto y expresaron a Diario Libre que su experiencia fue “satisfactoria”. Kelvin Cruz, estudiante de ingeniería civil y asistente de laboratorio, es el caso. “Yo llegué aquí básicamente porque tenía curiosidad sobre cómo se hacía ciencia, me presentaron a

Fabrice y fui indagando, conseguí trabajar aquí y responder gran parte de mis dudas”, explicó el joven. Narró que desde pequeño su sueño era hacer ciencia “y se me presentó como una oportunidad cuando ya yo daba por descartado cualquier posibilidad en ese ámbito”.

Kelvin indicó que se enfoca en la caracterización: “Cuando se llevan a cabo los experimentos, es necesario analizar lo que se obtuvo, ya que los nanomateriales no son visibles a simple vista, hay un proceso más amplio que los experimentos que es el análisis de los resultados”. Kelvin estaba acompañado por Ángel Luis Estévez, quien es el nuevo miembro del grupo y ayuda en el análisis de datos. El estudiante de ingeniería en robótica dijo: “Trabajar en este proyecto ha sido una experiencia satisfactoria, es algo bastante demandante, pero al final el esfuerzo lo vale”. Piazza finalizó destacando la importancia de aumentar las inversiones en ciencia, destacando que aunque República Dominicana posee una población altamente inteligente, podrían competir de manera más efectiva.

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