RDÉ DIGITAL, BRASIL.– El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibirá en Brasilia a delegaciones de 16 países del Caribe en el marco de la Cumbre Brasil-Caribe, un encuentro que busca renovar los vínculos entre ambas regiones y coordinar respuestas frente a retos comunes, con especial atención a la crisis humanitaria que atraviesa Haití.
La cumbre reunirá a jefes de Estado y de Gobierno de varias naciones caribeñas, incluyendo a los presidentes de República Dominicana, Luis Abinader, y de Guyana, Irfaan Ali.
También estarán presentes los primeros ministros de países como Antigua y Barbuda, Barbados, Santa Lucía, Bahamas y San Cristóbal y Nieves, junto al vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa.
Haití estará representado por Fritz Alphonse Jean, presidente del Consejo Presidencial de Transición, mientras que otros países asistirán a nivel ministerial.
Cooperación regional en el centro del diálogo
Lula ha estructurado una agenda basada en cinco ejes prioritarios: seguridad alimentaria, cambio climático, gestión de desastres, transición energética y conectividad regional. Las autoridades brasileñas consideran que estas áreas pueden convertirse en pilares de una cooperación más activa con el Caribe, especialmente en el contexto del cambio climático y sus impactos en los Estados insulares.
Uno de los temas clave será el comercio. En 2024, el intercambio entre Brasil y los países del Caribe alcanzó los 4.000 millones de dólares, aunque el 75 % de ese volumen se concentró en tres países: Guyana, República Dominicana y Trinidad y Tobago.
El Caribe busca diversificar y aumentar su participación en el mercado brasileño, con miras a reducir el actual desequilibrio comercial.
Haití y la urgencia de una respuesta conjunta
Aunque no forma parte formal de la agenda, la situación en Haití será un tema dominante en las conversaciones.
La violencia creciente, agravada por la acción de bandas armadas y la falta de instituciones funcionales, ha provocado más de 1.600 muertes y cerca de un millón de desplazados internos en los primeros meses del año, según datos de la ONU.
El país caribeño enfrenta la próxima temporada de huracanes en condiciones extremadamente precarias, sin reservas de alimentos suficientes y con gran parte de su población en situación de hambre.
La comunidad internacional, liderada en parte por Brasil y otros países de la región, analiza opciones de apoyo coordinado para mitigar la emergencia humanitaria.
Con esta cumbre, Lula da Silva busca reafirmar el papel de Brasil como actor central en la política regional, en un contexto en que los mecanismos de integración latinoamericana han perdido dinamismo.
El encuentro servirá también como plataforma preparatoria para la COP30, que se celebrará en noviembre en la ciudad amazónica de Belén, donde se espera que los países del Caribe y Brasil propongan una postura común frente a los desafíos climáticos.
La Cumbre Brasil-Caribe podría marcar un nuevo capítulo en la relación entre América del Sur y el Caribe, no solo a través de acuerdos comerciales o de cooperación ambiental, sino también mediante una respuesta más firme y coordinada a las crisis humanitarias que afectan a la región.