La nueva epistemología crítica y configuracional constituyen un punto de apoyo y funcionamiento de las categorías analíticas que se reconocen en el análisis interno del discurso de las imágenes. Aquellas travesías visuales surgentes de la pintura, la arquitectura, la fotografía, el cine y otras extensiones visuales suponen un análisis que se lleva a cabo a partir de las tenciones entre discurso visual, texto visual y sistema de producción de sentido.
Toda una conclusión de saberes y perspectivas supone toda analítica prescriptiva, contextualizadora, investigacional y participante, allí donde lo visual, lo visible, la visibilidad y la visualización ordenan el mundo imaginario de lo que se entiende como creación visual o compresión crítica y textual de las imágenes.
Todo lo anterior quiere decir que:
- La imagen es percibida.
- La imagen es un precepto y una corriente de sensación.
- La imagen es una construcción particularizada de los sentidos.
- La imagen se construye a partir de un correlato fenomenológico.
- La imagen se proyecta desde un planteamiento móvil y estructurado.
- La imagen participa de una experiencia del mundo sensible.
- Toda imagen es una antología de la visión.
- Toda imagen es un recorrido precepto-sensorial.
- La imagen es un tejido semiótico.
- La imagen es un mensaje-mundo y una imagen-mundo.
Todos los puntos anteriores suponen desde luego un trabajo y una experiencia volátil y movilizadora del mundo. De ahí que la movilidad tensiva de las imágenes crea la sobre significación y desde allí expresa su convicción.
Cuando toda una perspectiva de análisis de imágenes y huellas se precipita como sentido del arte y la cultura e implica una mediación itinerante de tal manera que en el proceso recesivo las imágenes se expresan por variados registros estimados desde una apertura significante, el orden del discurso artístico-visual implica todo un proceso ligado a una condición significante:
- Toda imagen artística es un discurso y un texto.
- Toda imagen artístico-visual es una trama y una urdimbre semiótica.
- La imagen espectral es deudora del inconsciente y consciente de la cultura.
- Se puede escribir la imagen mediante la textualidad como gesto y escritura; la cual es indicadora del mundo de la obra y el mundo del espectador.
La consistencia o inconsistencia de un sistema de imágenes solicita una desconstrucción del discurso de la imagen y el imaginario de la obra de arte visual; toda vez que la experiencia creacional induce a materializar las diversas respuestas a las que se supone la obra de arte como memoria y construcción de sentido.
Según la historiadora y teórica del arte Rosaline Krausslo que surge como discurso de la imagen será siempre una puesta en valor y una puesta en contacto entre las capas de significación y las diversas estrategias de sentido de la obra entendida como tejido o tejedura semiótica-visual y semiótica-psicoanalítica; lo cual implica un inconsciente óptico que se construye en toda fase del relato del inconsciente, del otro, de la antología de la imagen y de la fenomenología de lo imaginario.
Que es lo que queremos hacer a propósito de la obra de arte visual en este laberinto de signos y lenguas en cuyo cuerpo textual aseguramos una marca significante asumida desde el yo y desde el otro, desde la voluntad y el súper objetivo de la obra?
La categoría del discurso critica en este sentido y a propósito de las imágenes testimonio construyen y a la vez deshacen toda la forma expresiva de un imaginario artístico inscrito en la tradición y en la anti-tradición; un recorrido semejante procura a tensionar la psicología de la obra de arte y de los creadores visuales en tiempo de terror y opresión política y existencial.
El asimiento y desasimiento espectatorial y creacional induce a un tipo de interpretación y comprensión de los estados posibles del arte.