RDÉ DIGITAL, WASHINGTON.– La Casa Blanca describió como “positivas y constructivas” las conversaciones diplomáticas sostenidas este sábado en Mascate, Omán, entre representantes de Estados Unidos e Irán. El diálogo es visto como un avance hacia un “resultado mutuamente beneficioso”, según el comunicado oficial emitido desde Washington.
El enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, encabezó la delegación de EE. UU., mientras que por Irán participó el ministro de Exteriores, Abás Araqchí. La reunión fue facilitada por el Sultanato de Omán, que ofició como mediador y anfitrión.
Primer acercamiento en medio de fuertes tensiones
La cita diplomática duró cerca de dos horas y media y se mantuvo bajo estrictas condiciones de confidencialidad. Aunque Washington expresó su intención de establecer un diálogo directo, los representantes permanecieron en salas separadas, intercambiando mensajes a través del canciller omaní, Badr bin Hamad al Busaidi.
Entre los temas abordados destacaron el programa nuclear iraní y las sanciones impuestas por Estados Unidos. Según Teherán, la conversación se desarrolló en un “ambiente de respeto mutuo” y permitió exponer con claridad las posiciones de ambas partes.
Acordaron una segunda reunión para el sábado 19 de abril, también en Mascate, con la intención de mantener abierta la vía diplomática.
Dificultades en la agenda bilateral
Mientras Irán desea centrar el diálogo exclusivamente en su programa nuclear, Washington busca una agenda más amplia que incluya también el sistema de misiles iraníes y el respaldo de Teherán a grupos regionales como los hutíes en Yemen y Hizbulá en Líbano.
Este intento de acercamiento se produce en un contexto de alta tensión. El presidente Donald Trump ha reiterado advertencias sobre posibles acciones militares si Irán no accede a negociar, mientras que el gobierno iraní ha respondido con amenazas de romper su cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El trasfondo del acuerdo nuclear
Estados Unidos se retiró en 2018 del acuerdo nuclear de 2015, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), que limitaba las actividades nucleares iraníes a cambio del levantamiento de sanciones. Desde entonces, Irán ha incrementado el nivel de enriquecimiento de uranio.
Según el último informe del OIEA, Teherán ya acumula 274 kilos de uranio enriquecido al 60 %, una cifra alarmante por su cercanía al umbral del 90 % necesario para fines militares.