Por Jeimy Moquete
RDÉ DIGITAL, GINEBRA.- Estados Unidos y China han conseguido en los dos últimos días bajar desde un punto de tensión crítico y hacer lo que muy pocos creían posible: reducir en 115 puntos porcentuales sus aranceles mutuos, calmando así a los mercados e industrias, y sobre todo iniciando un proceso para reparar una “relación atrofiada” por su diferendo comercial.
Dos días de negociaciones facilitadas por su anfitrión, Suiza, han permitido dar un gigantesco giro a la guerra comercial en la que ambas potencias se habían enzarzado, bajando los aranceles para los productos chinos a un 30 % (frente a un 145 %) y al 10 % (frente a 125 %) para los estadounidenses, dando fin —al menos por un periodo inicial de noventa días— a una situación comparable a un embargo comercial.
Fentanilo y comercio, ejes clave
Aunque el acuerdo ha sido que ambos dejaban sus aranceles en un 10 %, la delegación estadounidense insistió en que no podía rebajar el 20 % adicional que ha impuesto a China por la cuestión del fentanilo, una droga creada en laboratorio que en los últimos años ha causado una grave crisis de dependencia y muerte en Estados Unidos, y que se elabora a partir de químicos que exportan, entre otros, China. En consecuencia, para China el arancel queda situado en un 30 %.
El alto representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, señaló que se ha observado una “interacción sustancial entre actores chinos y traficantes de drogas norteamericanos, especialmente carteles de México”, y que se había dejado claro a Pekín que Washington espera acciones concretas contra los responsables del “envenenamiento de los estadounidenses”.
Ese enfoque quedó reflejado en la inclusión en la delegación china del ministro de Seguridad Pública, una autoridad que raramente participa en asuntos comerciales.
Canal de diálogo restaurado
El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, quien lideraba la delegación estadounidense, señaló que lo más complejo de las conversaciones fue “reparar el canal de comunicación que se atrofió durante el anterior gobierno”.
Además de la disminución de los aranceles, otro resultado importante de las conversaciones fue la creación de un mecanismo de consulta permanente para evitar futuras crisis comerciales similares.
Las negociaciones continuarán próximamente para abordar los desacuerdos técnicos aún pendientes, aunque aún no se ha definido una fecha precisa para la reanudación de los diálogos a nivel de expertos.
Relación comercial, en etapa crítica
El objetivo declarado por los enviados del presidente Donald Trump es reducir el déficit comercial de 1.2 billones de dólares, considerado por Washington como una “emergencia de seguridad nacional”.
Greer subrayó que, aunque ambas partes llegaron a la mesa para defender intereses nacionales, se evidenció la existencia de intereses comunes, y que nadie desea un “desacoplamiento”, es decir, una ruptura total del comercio entre ambas potencias.
Cabe destacar que las medidas acordadas no incluyen aranceles aplicados por EE. UU. a sectores como el acero, aluminio o automóviles, que afectan también a otros socios comerciales.
China, por su parte, manifestó satisfacción por los resultados y destacó el respeto mutuo, la profundidad de las discusiones y los pasos importantes hacia una situación más estable para la economía global, afectada por las turbulencias de las últimas semanas.