RDÉ DIGITAL, EL VATICANO.- El papa Francisco, aún en recuperación tras una neumonía bilateral, realizó este sábado una nueva salida inesperada para visitar la Basílica de Santa María la Mayor, donde oró ante el icono de la Virgen en la víspera del Domingo de Ramos, según informó el servicio de prensa del Vaticano.
“A primera hora de la tarde, el papa Francisco se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor y, en vísperas del Domingo de Ramos y de la Semana Santa, se detuvo a rezar ante el icono de la Virgen”, indicó el comunicado.
Con esta visita, el pontífice argentino, de 88 años, continúa una serie de apariciones sorpresivas, a pesar de las recomendaciones médicas de reposo absoluto por un periodo mínimo de dos meses.
Recorrido entre salud frágil y actos públicos
Desde que fue dado de alta del Hospital Gemelli el pasado 23 de marzo, el Papa ha reducido sus actividades, aunque ha protagonizado momentos públicos breves que han generado atención mundial.
Entre ellos destaca su presencia el domingo pasado frente a la Basílica de San Pedro, donde saludó brevemente a los fieles. Luego, el miércoles, sorprendió al recibir en audiencia privada al rey Carlos III de Inglaterra y a la reina Camila, reunión que había sido previamente cancelada.
El jueves, también acudió a la Basílica de San Pedro para supervisar los avances en las obras de renovación y rendir homenaje en la tumba del papa Pío X, saludando durante su trayecto a fieles y trabajadores.
“El hecho de que esté convaleciente no significa que no pueda salir”, afirmó el viernes el Vaticano, en alusión al estado de salud del sumo pontífice.
Semana Santa sin confirmaciones
Aunque su mejoría es notoria, el Vaticano aún no ha confirmado su participación directa en las ceremonias de la Semana Santa.
Sí se ha hecho oficial que el cardenal Leonardo Sandri presidirá la misa del Domingo de Ramos, tradicionalmente encabezada por el Papa.
Jorge Mario Bergoglio fue hospitalizado durante más de cinco semanas debido a una neumonía en ambos pulmones que puso en peligro su vida. Desde su regreso al Vaticano, permanece físicamente debilitado, lo que ha llevado a un ajuste en su agenda y a una evaluación constante por parte de su equipo médico.