RDÉ DIGITAL, CARACAS. El régimen venezolano elevó este miércoles el tono contra la principal figura de la oposición, María Corina Machado, al insinuar su posible arresto por presuntos vínculos con “hechos terroristas”, justo días después de unas cuestionadas elecciones regionales marcadas por la abstención y el control casi absoluto del chavismo.
Diosdado Cabello, ministro del Interior y considerado el número dos del gobierno de Nicolás Maduro, no descartó que se emita en cualquier momento una orden de captura contra Machado, quien permanece en la clandestinidad desde principios de año. “Todo tiene su momento en esta vida. No nos desesperemos, todo llega”, declaró en una conferencia con medios oficialistas, al ser interrogado sobre su situación legal.
Cabello la vinculó indirectamente con una serie de presuntos planes para atacar centros de votación, afirmando que “la derecha venezolana está usando la violencia como camino al poder”. Según aseguró, en las últimas seis semanas se han registrado 70 arrestos, entre ellos varios ciudadanos extranjeros y figuras vinculadas a la oposición, como el exdiputado Juan Pablo Guanipa, detenido dos días antes de los comicios.
Oposición bajo acoso sistemático
Guanipa, de 60 años, había estado oculto desde enero, cuando acompañó a Machado en una concentración en rechazo a la nueva investidura de Maduro, en medio de acusaciones de fraude. Su arresto se suma a la creciente presión sobre los líderes opositores que, según analistas, enfrentan una campaña sistemática de persecución política.
Machado, quien lideró las primarias opositoras en 2023 y fue posteriormente inhabilitada por el gobierno, no se ha pronunciado directamente desde la clandestinidad, pero sus allegados aseguran que sigue activa en la coordinación del bloque antichavista. El gobierno insiste en vincularla a supuestas conspiraciones y acciones violentas, aunque no ha presentado evidencias públicas contundentes.
Tensión tras unas elecciones sin transparencia
El chavismo se adjudicó la mayoría de los cargos en las recientes elecciones regionales del 25 de mayo, en un contexto de fuerte abstención impulsada por la principal coalición opositora, que considera ilegítimos los procesos comiciales bajo el control del Consejo Nacional Electoral (CNE).
La oposición no reconoce los resultados de las elecciones presidenciales de julio pasado, donde Nicolás Maduro fue proclamado vencedor. Denuncian fraude electoral y aseguran que el verdadero ganador fue Edmundo González Urrutia, candidato desde el exilio. El CNE no publicó los resultados detallados por centro de votación, como establece la ley, alegando un supuesto “jaqueo informático” de su sistema.
Armas, propaganda y advertencias del poder
Durante la rueda de prensa, Cabello mostró imágenes de maletas con armas presuntamente incautadas antes de los comicios. Sin precisar cantidades ni circunstancias, afirmó que “iban a atacar con granadas centros de votación en Zulia”, y que en Los Teques fue hallado “un arsenal”.
“Hay gente que se cree intocable”, remató Cabello, recordando la detención en 2014 del dirigente opositor Leopoldo López, quien pasó siete años en prisión antes de exiliarse. Para muchos, el mensaje fue claro: la maquinaria del régimen sigue activa contra todo intento de oposición visible.
La situación política en Venezuela se agrava ante la falta de garantías democráticas, la criminalización de la disidencia y el colapso institucional. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue dividida en sus reacciones, y el país se encamina a un nuevo ciclo de incertidumbre.
