El resultado de las elecciones generales de Argentina dejaron muy mal paradas a las encuestas. Todas, menos una, predijeron que el libertario Javier Milei se alzaría con el primer lugar en la primera vuelta y que el oficialista Sergio Massa quedaría en segundo lugar. Sucedió lo inverso.
La percepción en América Latina y El Caribe es que las encuestas cada vez fallan más, pero para asumir esta hipótesis, habría que hacer un estudio profundo y amplio en toda la región, como el que hizo el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítico. Este Centro analizó el nivel de exactitud de las encuestas en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, México y Uruguay, en el período 2018-2022. En resumen, las encuestas estimaron correctamente el sentido de los resultados en la gran mayoría de las elecciones.
Sin embargo, la investigación deja algunas pistas a tomar en cuenta. Como una porción importante del electorado define su voto en las semanas o días previos a la cita electoral, el factor fundamental para valorar la efectividad de una encuesta es la veda establecida por la Ley, es decir, las restricciones temporales para la publicación y difusión de los pronósticos electorales. En el caso de la República Dominicana, esta veda inicia 8 días antes de la votación.
Las encuestadoras tendrán que ser más transparentes y brindar información sobre cómo hacen sus cálculos y ajustes muestrales. Porque si la ciencia sigue siendo exacta, una encuesta realizada adecuadamente debe dar pronósticos atinados.
