RDÉ DIGITAL, URUGUAY.- El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció este martes a los 89 años, luego de enfrentar un cáncer de esófago diagnosticado en 2024 que derivó en metástasis hepática. La noticia fue confirmada por el actual presidente Yamandú Orsi, quien lo describió como “compañero, militante y conductor” del Frente Amplio.
Mujica, quien lideró Uruguay entre 2010 y 2015, dejó una huella profunda en la política latinoamericana por su estilo sencillo y su discurso crítico contra el modelo consumista. Apodado “el presidente más pobre del mundo” por su vida austera en una chacra a las afueras de Montevideo, evitó los protocolos oficiales y fue conocido por sus intervenciones directas y sin adornos.
Pese a su enfermedad, Mujica participó activamente en la campaña presidencial de 2024, contribuyendo al regreso del Frente Amplio al poder con la victoria de Orsi. “Tiene algo de grato sabor, un poco como premio de despedida”, expresó tras las elecciones, consciente del deterioro de su salud.
Exguerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), Mujica pasó 13 años preso en condiciones extremas durante la dictadura militar, experiencia que marcó su trayectoria posterior como legislador, ministro y presidente. En su gestión impulsó reformas pioneras como la legalización del mercado de marihuana y la acogida de presos de Guantánamo.
En 2012 y 2013, sus discursos en conferencias internacionales como la cumbre Río+20 y la Asamblea General de la ONU lo convirtieron en una figura global, al cuestionar abiertamente el rumbo económico de la humanidad y el dominio del mercado sobre los valores tradicionales.
Mujica vivió hasta sus últimos días junto a su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, también exmilitante tupamara. “Haber encontrado a Lucía fue el mayor acierto”, expresó en una de sus últimas entrevistas, destacando el rol clave de su compañera en su vida personal y política.
Con su muerte, Uruguay pierde a una de las figuras más singulares de su historia reciente, cuya coherencia entre palabra y estilo de vida le ganó respeto tanto entre aliados como críticos.