RDÉ DIGITAL, VATICANO.– En su tradicional mensaje navideño, el Papa Francisco instó este sábado a los burócratas del Vaticano a abandonar las prácticas de hablar mal unos de otros, recriminando las traiciones y los chismes que circulan entre los miembros de la Curia Vaticana. A sus 88 años, con notoria dificultad para respirar, el Pontífice subrayó la importancia de la humildad y la reflexión personal durante las festividades navideñas.
“Una comunidad eclesial vive en armonía y gozo en la medida en que sus miembros caminan en humildad, dejando de pensar y hablar mal de los demás”, afirmó Francisco, quien, con tono firme, condenó el chisme como un “mal que destruye la vida social, enferma el corazón de las personas y no lleva a nada”. Recordó, además, que “el chisme es cero”, refiriéndose a la inutilidad y los daños que genera esta práctica.
El Papa dirigió estas palabras a sacerdotes, obispos y cardenales de la Curia Vaticana, en lo que ha sido un discurso anual cargado de lecciones sobre la humildad, pero también de reprimendas. En años anteriores, Francisco ha criticado a los prelados por su afán de poder y riquezas, e incluso alertó sobre la presencia del “demonio elegante” que acecha entre ellos. Este 2024, el Papa volvió a hacer hincapié en los chismes, un problema recurrente en ambientes cerrados como el Vaticano, donde circulan rumores y críticas entre los altos funcionarios eclesiásticos.
Mensaje de solidaridad y llamado a la paz mundial
El Papa no se limitó a hablar sobre la vida interna de la Curia. En su mensaje, también recordó la tragedia de la guerra en Gaza, calificando como “crueldad” los recientes bombardeos en áreas densamente pobladas, donde niños y familias inocentes se han visto gravemente afectados. Francisco hizo un llamado a la paz y condenó el sufrimiento humano, instando a los líderes mundiales a trabajar por una solución pacífica y a evitar más violencia.
Agradecimiento a los empleados laicos y la respuesta al descontento laboral
En un tono menos severo, Francisco también dedicó palabras de gratitud a los empleados laicos del Vaticano. Agradeció su incansable servicio y les recordó la importancia de pasar tiempo con sus seres queridos, como hijos y abuelos. Además, alentó a los trabajadores a expresar sus inquietudes de manera directa a sus superiores, asegurando que los problemas deben resolverse mediante el diálogo y la comunicación abierta.
Esta intervención parece responder a un creciente descontento entre el personal laico del Vaticano, que ha expresado preocupaciones por el sistema de pensiones y los recortes de costos en la institución. Algunos empleados han recurrido a demandas colectivas por condiciones laborales y mejores prestaciones, dado que el Vaticano no cuenta con leyes laborales robustas. A pesar de ello, muchos católicos italianos siguen buscando empleo en la Santa Sede debido a los beneficios fiscales y la posibilidad de acceder a viviendas asequibles.
Un agitado calendario navideño y el Año Santo 2025
Este mensaje del Papa Francisco marca el inicio de un agitado calendario navideño, que culminará con la celebración del Año Santo 2025, un evento que atraerá a millones de peregrinos a Roma. La Santa Sede se prepara para recibir una afluencia masiva de fieles en los próximos meses, mientras el Papa, con su estilo único, sigue llamando a la reflexión y a la humildad en medio de las dificultades internas y externas que enfrenta la Iglesia.