Las autoridades de Nueva York informaron que el esposo de Grei Méndez, la dominicana dueña de la guardería infantil donde la semana pasada falleció un bebé de un año por inhalación de fentanilo, todavía se encuentra prófugo y existe la posibilidad de que haya escapado hacia la República Dominicana.
El nombre del esposo de Méndez no ha sido revelado por las autoridades. Sin embargo, este lunes, se reveló una foto de él saliendo de la guardería con bolsas en las manos.
Después de varios días de búsqueda, el pasado sábado en horas de la madrugada, las autoridades dieron con el paradero de uno de los involucrados en el caso, Parra Paredes, alias “El Gallo”, quien fue acusado por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York de conspirar para distribuir narcóticos con resultado de muerte en el caso que tuvo lugar el pasado 15 de septiembre en la Guardería “Divino Niño” en Kingsbridge.
Paredes fue detenido sin derecho a fianza.
“Paredes tuvo un papel fundamental en esta conspiración y está acusado de distribución de narcóticos y muerte en relación con el envenenamiento de cuatro niños. Las supuestas drogas y materiales incautados en la trampa son indicativos de una prolífica operación de envasado de drogas. Los traficantes a menudo esconden el contrabando en lugares poco visibles o desprevenidos sin tener en cuenta la seguridad de los demás”, expresó el agente especial a cargo de la División de Nueva York de la Administración de Control de Drogas (“DEA”), Frank A. Tarentino III.
Tarentino III explicó que, por lo general, los traficantes esconden el contrabando en lugares poco visibles o desprevenidos sin tener en cuenta la seguridad de los demás. En el caso de Parra Paredes, se encontraron fentanilo y otros estupefacientes en las tablas del piso de la guardería, “poniendo en riesgo la vida de los niños que inocentemente se sentaban en el suelo a jugar”, subrayó el agente especial de la DEA.
“La policía de Nueva York y nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley siguen comprometidos a investigar y responsabilizar plenamente a cualquiera que ponga en peligro la vida de nuestros niños. Las familias de los neoyorquinos y nuestras comunidades dependen de ello”, dijo a su vez el comisionado de la policía, Edward A. Caban.