El trabajo de un novelista y un cineasta conforman una sola estructura a favor del cine como lenguaje, en la medida que este cambia la cursividad de otro lenguaje que es el Leguaje de la Novela constituida de forma verbal.
En ese sentido la adaptación que se hace sobre la base de un guión implica estructuras, técnicas de relación basadas en el concepto de crono topo. Este término que aporto el estudioso y semiólogo soviético Mijail Bajtin, aporta los diversos desarrollos narrativos que sirven para activar la acción en tiempo y espacio.
Tanto la novela como el cine, adaptados a códigos específicos tienen su fundamento en el personaje o personajes; lo que implica un movimiento contextual en una o en diferentes direcciones a favor del argumento, la situación narrativa y sus cardinales. Se construye un trabajo de relacionalidad y multirelacionalidad entre el cine y la literatura mediante los acuerdos de lenguajes y la pragmática misma de la adaptación. Todo lo cual permite sintetizar los desarrollos de la novela para que el cine pueda crear un nivel estable de relato justificado por el dialogo que se da entre ambos lenguajes: El lenguaje literario y el lenguaje cinematográfico.
Tanto la literatura como la lectura cinematográfica, crean dos formas dialógicas de interpretación desde las cuales se construye un universo días una crítica radical, lo que implicó que todo fenómeno del arte cinematográfico del siglo XX se completara con una cosmo visión crítica el artista y sus quehaceres, sus bordes, y ejes de contenido para producir una lectura que va produciendo otro más que una simple visión teórica, una memoria y un archivo que aspira a remover la actual estructura y visión del cine entendido como arte.