RDÉ DIGITAL, BUENOS AIRES (AGENCIAS).- Argentina concluyó la media jornada de huelga general, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y secundada por partidos políticos y organizaciones sociales y de derechos humanos, entre otras, después de una marcha en la que participaron decenas de miles de personas en Buenos Aires.
El primer gran pulso entre el sindicalismo argentino y el Gobierno del ultraliberal Javier Milei, que había comenzado a las 12:00 horas (15:00 GMT), concluyó esta medianoche (03:00 GMT), después de una jornada que transcurrió sin incidentes de relevancia ni disturbios.
En una jornada que se desarrolló sin altercados ni incidentes de magnitud, el único punto conflictivo fue en la entrada sur a Buenos Aires desde la provincia homónima por el Puente Pueyrredón, donde una columna de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) intentó acceder a pie y fue retenida por agentes de la Prefectura.
El acto central de la jornada fue la movilización hacia la Plaza del Congreso, en Buenos Aires, una marcha simbólica en momentos en que el Legislativo debe debatir la ‘ley ómnibus’, proyecto estrella de Milei, que busca desregular la economía y reducir al mínimo la presencia del Estado, entre otras cuestiones.
Asistencia a la marcha del sindicalismo argentino
Entre 40.000 y 600.000 personas oscilan, según las fuentes consultadas, las cifras de asistencia a la movilización.
El Ejecutivo argentino señaló que acudieron 40.000 personas, según un mensaje publicado en redes sociales por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Y, mientras la Policía de la Ciudad de Buenos Aires cifra en 130.000 los asistentes, la central sindical calcula 600.000 las personas que acudieron a la convocatoria, tanto en la Plaza del Congreso como en calles aledañas, y eleva a 1,5 millones el seguimiento en todo el país, según explicó a EFE.
Tanto la llegada al epicentro de la concentración como la salida de las distintas agrupaciones participantes se hicieron de manera ordenada y sin disturbios, en medio de un fuerte despliegue policial.
Allí, dos de los principales líderes sindicales, el secretario general de la CGT, Héctor Dáer, y el representante del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, pronunciaron sendos discursos en los que prometieron que continuarán sus reivindicaciones contra el Gobierno que asumió el pasado 10 de diciembre: “No vamos a dar ni un paso atrás”, dijo el primero.
“Vamos a seguir la lucha hasta que caiga el DNU (decreto de necesidad y urgencia) y rechacen la ley ómnibus.” dijo Daer, en alusión al proyecto de ley de Milei para desregular la economía, reducir la injerencia estatal y lograr el equilibrio fiscal, porque, “la justicia social no se entrega”.
Pese a ser enero, mes de vacaciones del verano austral, el aspecto de las calles de Buenos Aires distaban mucho de ser un lugar en paro total.
Con muchos comercios abiertos, actividad en restaurantes y la circulación del transporte público -que parará entre las 19:00 horas (22:00 GMT) y la medianoche-, este miércoles se parecía a cualquier día tranquilo de verano.
Sí se detuvo el mundo de la cultura, uno de los más activos en las últimas semanas contra las políticas de Milei: librerías y teatros lucían sus puertas cerradas.
También fue muy afectado el transporte aéreo, por la cancelación de 295 vuelos y reprogramación de otros 26 de Aerolíneas Argentinas, lo que, según fuentes oficiales, supondrá unas pérdidas de 2,5 millones de dólares.
A favor y en contra
La oposición política peronista y de izquierdas acompañó no sólo la convocatoria de paro general, sino también las movilizaciones que tuvieron lugar tanto en la capital como en otras ciudades del país.
Entre ellos, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, una de las principales caras visibles del peronismo, sobre todo después del fin del Gobierno de Alberto Fernández.