La historia de resiliencia del cantante y pastor de la iglesia cristiana evangélica Yefri Domínguez es de esas que merecen la pena ser contadas para inspirar a otros. Él superó una vida de adicciones, al punto de tocar fondo para resurgir como el ave fénix.
Contó a Diario Libre que, durante su período de adicción, hirió a personas queridas, mintió, manipuló y deambuló por las calles.
Sin embargo, buscó ayuda a tiempo, encontró a Dios. Hoy dirige la iglesia Ministerios Somos Vida Internacional, ubicada en la calle primera, número 6, entrada de Savica en San Isidro, Santo Domingo Este y halló en la música la mejor forma de contar su testimonio. Uno que damos a conocer.
Cuéntame un poco de tu historia. ¿Cómo llegaste a ese mundo de la drogadicción y cómo pudiste salir de ella?
Mi experiencia con la droga inicia por curiosidad. Cuando yo tenía 17 años, en los Estados Unidos, inicié por curiosidad con la marihuana y luego fui escalando a otras, marihuana, cocaína, crack, Esta última se convirtió en mi droga de preferencia, como se le dice en los ámbitos de tratamiento.
Esta droga empezó a quitarme todo. Y todo mi tiempo era para el consumo porque me convirtió en un adicto. Familia, trabajo, amigos, cuidado personal, sueños, acciones. Todo eso se me fue, me quedé andando y desandando en la calle, deambulando sin tener dónde vivir, dónde dormir. Todo lo hacía en la calle, donde buscaba la basura para sustentar mi vicio y sustentarme a mí hasta para comer.
Yo empecé siendo un loco, un desaseado, perdí la razón prácticamente hasta cierto punto. Y decían que para mí no había vuelta atrás por cómo yo andaba, yo desandaba por las calles, por los residenciales.
¿Y qué recuerdas de ese momento complicado? ¿Tu familia estuvo ahí, cuando vivías en ese proceso?, porque a veces la persona que está en ese momento no percibe el nivel de daño que hace también a las personas que quiere. ¿Cómo viviste tú hacerle daño a otra persona que querías con tu situación?
Sí, claro, uno hace mucho daño y debo reconocerlo. Daño que todavía en algunos casos está en proceso de sanación, porque es mucho. Mi familia estuvo siempre ahí cuando pudo, hacia el final de mi tiempo en la adicción, que fueron esos tres años que te mencioné, hubo mucho tiempo donde ellos no me vieron, porque yo entré en un estado de aislamiento en el que ya yo decía: ‘han hecho demasiado por mí, yo no merezco que ni siquiera me vean’.
Sí, le hice sufrir mucho porque yo, por ejemplo, le robaba cosas a mi mamá para consumir, a mis hermanos y a las personas que se acercaban, fueran o no de mis familiares se convertían en mis víctimas. Yo era un mentiroso, un gran manipulador, fingía necesitar ayuda, necesitándola en verdad, pero para conseguir lo que yo sabía que no iba a usar para ayudarme de ninguna manera, sino que usaba a las personas, abusaba de la confianza.
El cantante y pastor Yefri Domínguez cuenta su testimonio a Diario Libre. (FOTO SUMINISTRADA)
Fueron muchos años de sufrimiento. Mi mamá quedó, por ejemplo, en pastillas de por vida para la presión a causa de mi condición. Gracias a Dios está aquí y mi papá también, pero ambos sufrieron mucho, al igual que mis hermanos, quienes todavía están ahí para ver lo que ha sucedido con mi vida, lo que está sucediendo ahora y lo que Dios ha hecho.
En ese tiempo formaste un hogar, ¿qué tan importante ha sido tu esposa para mantenerte alejado de las adicciones?
Mi esposa viene como parte de mi proceso de restauración, de mi bendición. El Señor llega a mi vida, entonces con lo que había pasado en la iglesia trajo un noviazgo, luego nos casamos, tuvimos nuestra primera hija, pero en mis primeros años de casado sí probé la droga y ella también sufrió conmigo.
Aunque no estuvo ahí la mayoría de los años, le hice sufrir a ella también y al final gracias a Dios pudimos superarlo con la obra de Dios en mi vida, alcanzar una libertad plena y aquí estamos.
Pero hubo mucho sufrimiento, eso debo reconocerlo, un sufrimiento que todavía está en proceso de sanidad.
¿Cómo lograste salir de ese mundo?
Sucede que hacía un tiempo, hace muchos años, yo había estado en el camino del Señor y me había apartado, pero había quedado conmigo esa experiencia que tuve, tenía eso en mi interior que me decía que yo tenía que regresar a Dios. Mientras, las personas decían que ya no había una cura para mí, que no había una manera, porque yo ya estaba hasta los extremos, porque había estado en muchísimos centros de rehabilitación que ya ni siquiera me recibían (yo iba, duraba unos meses, salía, volvía, volvía y me iba y volvía).
Hasta que un día, después de tres años corridos en las calles de nuestro país, encontré la oportunidad de regresar a uno de esos centros, estando solo. Mi familia llegó a saber de mí a los seis meses, durante ese lapso de tres años. Entonces se me presentó la oportunidad, desde un cuartel de la Cayetano Germosén, donde em encontraba porque hacía cosas por ahí, ponía la mano a lo que no era mío, llevaba una vida perdida… Así que me fui a un centro donde se me presentó la oportunidad de darle mi vida al Señor. En ese momento estaba hecho pedazos, sin visión de futuro, sin norte en la vida, nada, simplemente llegué, puse mi vida en las manos del Señor y, al paso de los días, empecé a sentir a Dios en mi interior.
Yo conocía y sabía cómo era Dios y empecé a sentirlo obrando en mi vida, tuve esa experiencia. El Señor me escuchó, me oyó, recibió mi vida hecha pedazos y empezó a reconstruirla. Hoy en día soy padre de familia, esposo, tengo dos niñas preciosas que Dios me dio, el Señor me reconstruyó de adentro hacia afuera, tengo a mi esposa, tengo mi iglesia, soy pastor, llevo seis años en el ministerio del pastorado y la música ahora ha pasado a ser parte de mi recuperación, como resultado de lo que estamos usando para difundir el mensaje de que no importa, como decías al principio, cómo y en qué condición la persona esté, hay una esperanza que funciona y esa esperanza tiene nombre y se llama Jesús.
¿Cómo nace la iniciativa de la música?
Juntamente, como parte de todo lo que sucedió con la llegada de Jesús a mi vida, llega también una inclinación, una pasión por la música para compartirla con él.
Por ejemplo, esta primera canción no es más que una canción escrita y cantada para levantar una voz de esperanza al mundo que está necesitando de Dios.
Entonces, la música también te ayudó de salir de ese abismo y contar tu historia para ayudar a otros…
La música es un medio, un instrumento de gran influencia, puede influenciar para bien o para mal. En nuestro caso estamos realizando un trabajo que funcione precisamente para traer mejoría a cada vida que pueda porque la música tiene ese poder de influenciar, de cambiar los ánimos, de levantar la esperanza, de reconectarnos con nuestra fuente, que es Dios en el caso nuestro.
Gracias a la música he podido comunicar la verdad de Dios y encauzar y mantener dentro del buen cauce a una persona, por ejemplo, que escuchando la canción esté depresivo, esté desanimado, haya perdido el sentido de la vida, haya perdido el curso, el norte de la vida, porque la música tiene ese poder de influencia.
Háblanos de la canción
Está basada en lo mismo que yo experimenté, de la experiencia propia nace la inspiración de esta canción como una voz de esperanza a nuestra sociedad, a nuestro país, al mundo.
La canción se llama Rey de Reyes y Señor de Señores, actualmente está en YouTube. La pueden encontrar bajo el mismo nombre en el canal que lleva mi nombre, Pastor Jeffrey Domínguez. Es de mi autoría y composición con la colaboración de algunos músicos experimentados en el medio cristiano.
En la batería está Eliezer Minaya, reconocido baterista de un grupo muy reconocido en estos tiempos llamado Grupo Grace. En la mezcla y masterización está Ismael Ovalle, una persona de vasta experiencia también. En bajo, guitarra y piano tenemos a Nathanael Aquino, que hizo la parte del productor también. Y esos son los créditos más inmediatos de la canción.
¿Qué vamos a esperar entonces de esta faceta de artista aparte de esta música? ¿Vienen más canciones, más producciones? Cuéntame un poco de tu perspectiva en el mundo de la música.
Sí, claro. Yo le decía a mi esposa en estos días que siento que esto ha entrado en un estado de compromiso continuo. Tenemos mucho tiempo trabajando. Sabemos qué es lo que Dios quiere que uno haga. Ya tenemos un segundo tema en el que estamos trabajando, para que después de la promoción de este primero, pueda llegar a los oídos de la gente también y seguir siendo de bendición.
Además hay un tercer tema en el que estamos trabajando para un próximo lanzamiento de una producción completa. Vienen muchas cosas interesantes, mucha música, muchas cosas, tenemos mucho tiempo preparándonos y ya el tiempo llegó.
Con nuestra música no queremos de ninguna manera competir con nada de lo que se está haciendo, sino aportar nuestro grano de arena de que todo se puede lograr. Dios está llamando, Él está ahí y se puede lograr.
Datos alarmantes
Alcohol, marihuana, cocaína, crack y heroína son las cinco sustancias adictivas de mayor consumo en República Dominicana.
De acuerdo a informaciones suministradas por la doctora Rosa Julia Flores, directora del Centro de Atención Integral para Niños, Niñas y Adolescentes en Consumo de Sustancias Psicoactivas (Cainnacsp), dentro de su participación en la mesa de adicciones que se debatió en el primer Congreso Nacional de Salud Mental, los terapeutas de esta institución han tenido que brindar tratamiento a niños de tan solo ocho o diez años, inducidos a las adicciones por sus propios padres consumidores.
Aunque esta es una rara excepción, el mayor rango de los 289 casos atendidos fueron adolescentes entre 14 y 16 años.
En el congreso organizado por el Servicio Nacional de Salud (SNS), especialistas disertaron sobre la importancia de brindar a niños y adolescentes un tratamiento focalizado, diferente al de un adulto.De acuerdo a las estadísticas del Cainnacsp, el 76 % de los pacientes atendidos son de sexo masculino y el 24 % femenino.
La marihuana es la sustancia más consumida por un 68 % de los pacientes masculinos y 27 % de los femeninos. El alcohol es la segunda sustancia predilecta.
Otros datos de interés manejados por el Cainnacsp destacan que el 39 % de los pacientes no asiste a la escuela; el 32 % está diagnosticado con depresión; el 25 % tiene algún trastorno desafiante y el 9 % padece de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
La presión de grupo y factores incidentales como el entorno familiar donde viven o fácil acceso a las drogas son algunos de los motivos señalados por los niños y adolescentes para iniciarse en el consumo de sustancias prohibidas.
Fuente: Diario Libre: artículo publicado por la periodista Claudia Fernández, titulado: El 39 % de los adolescentes adictos a sustancias no asiste a la escuela